—Realmente no puedo, tengo mucho trabajo que hacer. Se rió Qin Ning.
—Abuelo, ¿estás intimidando a la tía dándole mucho trabajo? —Porotito miró a su abuelo y le preguntó con dulzura.
—Vamos, trato a tu tía como a mi padre. Ella está en la cima de la jerarquía. Aparte de ustedes dos, ella está en la cima. ¿Crees que me atrevería a intimidarla? —El tío de Qin Chu se quedó sin palabras.
—Pero después de todo, aparte del trabajo, casarse con un buen hombre también es importante. Así que tía, esa debería ser tu prioridad —instruyó Porotito con toda seriedad.
—Bien, ustedes dos pequeños embaucadores. Ya he tenido suficiente de su charla... me duelen los oídos. Por favor, váyanse en silencio. Es difícil para las chicas súper habladoras encontrar un novio. Además, se supone que ustedes dos son unos Scorpios geniales, no actúen como Virgos.
Qin Ning se arrodilló para besar a sus dos pequeñas sobrinas con una sonrisa.