1957
—Tía, sé que estás enojada —dijo Pudín, su voz estaba llena de profunda culpa.
Qin Ning no respondió, y había una mirada severa en su rostro.
—Pero hicimos esto por una razón, ¿al menos puedes darnos la oportunidad de explicarte?
—No, no tienes oportunidad. Quieres explicar Claro, explícale a tus padres esta noche... —Qin Ning se cubrió las orejas con las manos y sacudió la cabeza; ella sabía que su sobrina de alto coeficiente intelectual estaba tratando de lavarle el cerebro nuevamente. Estaba decidida a no entrar en su trampa, o de lo contrario las cuatro horas de preocupación habrían sido en vano.
—Tía, a decir verdad, siempre he pensado que eres la más lista de nuestra familia.
—No me pongas en un pedestal, porque no va a funcionar. Además, ¿a quién estás bromeando? ¡Todos saben que tu mami es la más inteligente de nuestra familia!
—Jajaja… —Al ver cuán tierna era Qin Ning, Pudín no pudo evitar estallar en carcajadas.