1625
—¿Hola?
—Su Yu...
—Sí, soy yo, ¿qué sucede?
—¿Te encuentras bien? —preguntó Wei Liao.
—Estoy bien ahora.
—¿Cómo está Huo Mian? ¿Cuándo volverá?
—Mañana. Mi abuelo me acaba de decir que... si todo sale bien, la puedo recoger mañana.
—Es fantástico, pero hay malas noticias por aquí.
—¿Qué malas noticias? —Su Yu pensó en todas las posibilidades.
¿Podría ser que algo raro estuviera pasando en la prisión? O quizá la prensa había descubierto que habían engañado al sistema. Tal vez el alcalde Song y Huo Siqian habían empezado a entrometerse. Mientras sus pensamientos iban y venían, la voz de Wei Liao rompió el silencio.
—Algo le pasó a Qin Chu.
—¿Qué le pasó? —Su Yu hizo su mayor esfuerzo por permanecer calmado.