Huo Mian no dijo nada. Sostenía la botellita azul claro en su mano derecha y con la izquierda sacaba una cosa pegajosa de Dios sabe dónde. Puso la cosa pegajosa sobre la botella azul y de inmediato la arrojó desde el acantilado.
—¿Así de simple? ¿Eso es todo?
Su Yu se quedó en silencio un momento y justo cuando estaba a punto de seguir, oyó un fuerte estallido que venía de abajo... Lo impactó de tal forma que se le aflojaron las piernas.
El terrible impacto hizo que el océano bajo el acantilado explotara y creara una gran pared de agua. En la noche oscura, se asemejaba a un dragón negro.
—P*ta madre... ¿qué fue eso? —era la primera vez que Su Yu decía una mala palabra frente a Huo Mian.
La verdad era que en serio lo había impactado, y mierda que asustaba. El sonido ensordecedor lo dejó sin tiempo para pensar.