—Siempre protegeré al señor Qin... él no debería ser el único que se ocupa de nuestra relación, no quiero que termine por cansarse algún día... Todavía es joven, pero soportó todo el dolor que un hombre de su edad no debería soportar. Sufro por él, así que lo defenderé hasta el día que muera... —dijo Huo Mian con determinación.
—Está bien —contestó Su Yu, pero miles de emociones daban vueltas en su cabeza. Luego Huo Mian alzó su copa.