—Cariño, ¿ya almorzaste?
—Aún no, ¿vamos a comer ramen?
—Seguro.
Qin Chu asintió. Después de terminar con su trabajo, los dos se dirigieron a "El ramen de Ah-Xin".
—Cariño... ¿crees que Huo Siqian ha muerto?
—¿Tú lo crees? —preguntó Qin Chu después de comer un bocado de ramen.
—No, creo que quizás esto sea algo que él mismo planeó. Quizás otra vez está haciendo planes malvados.
—Ajá, yo tampoco lo creo, alguien como él no moriría tan fácilmente en un accidente automovilístico. Tengo la sensación de que está planeando algo...
Qin Chu no era un hombre que confiara en sus sensaciones, pero su corazón había estado latiendo rápidamente durante las últimas semanas y muchas veces sentía una cantidad sofocante de estrés... Su instinto le indicaba que estaba por suceder algo aún peor.
Faltaba menos de una semana para su boda y él realmente esperaba que las cosas fluyeran normalmente.