Yang le entregó algunos documentos, pero el rostro de Qin Chu no cambió al leerlos.
—¿Cuándo se conoció la noticia? —preguntó.
—Esta mañana.
—¿Quién está a cargo?
—No podemos... contactar a Jiang Linyue, la gerente general.
—¿A qué te refieres con eso? —Qin Chu levantó la mirada y frunció el ceño.
—Intentamos llamarla a su celular, pero nadie responde. Nadie atiende el teléfono en su oficina tampoco. En la empresa dicen que no ha ido al trabajo en tres días...
—Si hay una persona desaparecida, ¿por qué nadie llamó a la policía?
Yang bajó la mirada: —¿Qué deberíamos hacer ahora, señor?
—Continúen intentando contactar a Jiang Linyue, necesito saber qué sucedió exactamente.
Desde que Qin Chu había transferido a Jiang Linyue a Ciudad T, había dejado de asignar proyectos importantes a esa sucursal por miedo a que algo malo sucediera. Aun así, algo había pasado.