Durante la Fiesta de la Primavera, la mayoría de los mensajeros estaba de vacaciones, excepto por las empresas de envíos rápidos más trabajadoras.
Huo Mian se preguntaba quién podía enviarle un obsequio durante el Año Nuevo Chino. Además, lo habían enviado al Centro Bendición del Cielo, y pocas personas conocían la dirección de su madre.¿Era una broma de Gao Ran y Zhu Lingling?
Huo Mian sostenía nerviosa la caja. Era pequeña y cuadra, del tamaño de la palma de su mano. Dudó por unos instantes, pero no tuvo las agallas para abrirla.
—¿Qué sucede? —Qin Chu se acercó a ella y colocó su mano alrededor de su cintura.
—Cariño, ¿puedes abrirla por mí? Tengo miedo, ¿qué tal si es una araña, una serpiente, una cucaracha...? —Huo Mian odiaba las bromas.
Qin Chu no pudo evitar reír. Tomó la caja y la abrió lentamente.