Huo Mian levantó el papel; parecía no saber qué decir.
—Lo dice aquí claramente.
De repente, Yang Meirong parecía estar muy incómoda...
Cuando regresó del banco, tenía hambre y fue a cocinar, por lo que dejó el recibo en la mesa de la sala.Quería tirarlo luego, no esperaba que Huo Mian llegara y se había olvidado completamente de eso...
Huo Mian sabía que su madre no era muy adepta a las transacciones telefónicas o por internet.La única forma de que ella transfiriera dinero era de la forma tradicional, en el mostrador del banco.
En realidad, a Huo Mian no le importaba darle dinero a Yang Xiuping. A pesar de que se detestaban, la muchacha seguía siendo la sobrina de su madre. Debían darle algo de dinero para gastar si era una ocasión especial.
Huo Mian recordaba que su madre le había dicho que le había dado un extra de 5.000 yuanes a la joven antes de que se marchara,ya que temía que no tuviera lo suficiente para vivir cómodamente.