Sin embargo, fingió no oírla...
Huo Mian se acercó a él y se paró a su lado mientras lo llamaba nuevamente en voz baja: —Cariño...
—¿Qué intentas hacer? —Qin Chu la miró con seriedad.
—Tú.
Qin Chu se quedó inmediatamente sin palabras, su esposa le había robado su frase distintiva...
—Cariño ¿qué opinas de este vestido?
—Es feo, no me gusta el encaje... —Qin Chu puso un rostro desagradable a propósito.
Huo Mian no dijo nada, sino que se volteó y salió corriendo...
Qin Chu se preguntó si el corazón de Mian estaba hecho de cristal, ya que había huido luego de un comentario malvado.¿Se había excedido? ¿Debía ir a buscarla?
Solo entonces recordó que él estaba furioso con Huo Mian, no era al revés. Debía controlarse. Sí, autocontrol... No debía admitir tan pronto la derrota. Seducirlo con su belleza no iba a terminar las cosas esta vez...
Al pensar en eso, Qin Chu tomó su taza de té, le dio un sorbo y retomó el trabajo.