—Esto es entre tú y yo, ¿por qué hundiría a mi prima? Solo dime si te echarás atrás, cobarde.
Incluso en ese momento, Song Yixuan sentía pena por su prima...
—De no haber sido por ella, tú y yo quizás no nos habríamos cruzado siquiera. Por lo tanto, ya que es lo que nos une, ella debería correr con nosotras. Mi pedido es simple, si no aceptas, no correré contigo.
—Hermana... —Song Yixuan miró a Song Yishi sin saber qué hacer.
—Xuan, olvídalo, mejor no corramos. Paguémosle y regresemos a casa.
Song Yishi estaba totalmente aterrada. Cada año, innumerables corredores sufrían accidentes al conducir en el camino montañoso de Qiu Ming. Los habitantes de la zona incluso lo llamaban "El camino de la muerte". No había forma de que ella se sentara en el asiento del acompañante. ¡Estaría jugando con su vida!