—Tú, por supuesto —Jiang Xiaowei apuntó a Huo Mian.
—Oh, de acuerdo. Vamos.
Entonces jugaron piedra, papel o tijeras y el papel de Jiang Xiaowei perdió contra la piedra de Huo Mian.
—Maldición, perdí.
—Jaja, te acabas de disparar en el pie, ¿no? —rio Huo Mian.
—Escojo verdad, tal vez no pueda hacer retos —dijo Jiang Xiaowei, frotando su panza redonda, lista para aceptar el castigo.
—Déjame pensar, ¿qué podría preguntarte?
Huo Mian quemó su cerebro. Usualmente las personas preguntaban cosas sucias o difíciles durante verdad o reto, y ella estaba determinada a divertirse con Xiaowei. En eso, se prende la lampara en su cerebro y seriamente preguntó: —¿Cuan a menudo lo hacen Wei Liao y tú por la noche?