Huo Mian repentinamente empujó a Zhou Guanghui a un lado con todas sus fuerzas y corrió hacia Qin Chu como loca. Ella lo abrazó mientras lágrimas nublaron su mirada, en ese momento ella no podía ver a nadie ni nada más. El hombre de la cicatriz en el rostro levantó su arma y la apuntó a Huo Mian.
"¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!", esta vez era el arma de Gao Ran. Ni bien llegóél, vio a Huo Mian llorando con Qin Chu entre sus brazos. Allí inconsciente, había una daga en el pecho de Qin Chu y su rostro era pálido como el de un fantasma.
El hombre con la cicatriz en el rostro se encontraba en el piso, con su arma apuntada a Huo Mian. Ella no tenía intención de huir, sabía que, si algo le pasaba a Qin Chu, ella no sobreviviría. Por lo tanto, Gao Ran no tuvo mucho tiempo para pensar, y disparó al hombre tres veces, matándolo inmediatamente. Entonces, la policía corrió hacia ellos y arrestó a los secuestradores.