—Cariño, debo decirte algo.
—Seguro.
—Fui al cumpleaños de Su Yu anoche, ¿lo recuerdas? Te hable de ellos hace un tiempo.
—Ajá.
—Quería devolverle la bala, pero él no quiso tomarla. Él dijo que no aceptará cosas que él dio y que, si no quiero usarla, puedo tirarla pero que él no la tomará.
—Entonces quédatela.
Qin Chu pensaba que era solo una bala y no era la gran cosa.
—Entonces, fui a verlo en secreto, ¿sí? No quería arruinar nuestras reputaciones, entonces le pedí encontrarnos en privado, hablamos por unos diez minutos y me marché a eso de las 8:20.
—Cariño, ¿qué intentas decirme?
Qin Chu sabía que Huo Mian estaba dando vueltas al asunto y que su mirada evitaba la de él, entonces preguntó directamente.
—Cariño, ¿sabes que Su Yu estuvo involucrado en un incidente?
—Sí, toda la ciudad está reportándolo.