—Encontraron mucha metanfetamina, es suficiente para una sentencia de muerte. No te preocupes —dijo Qin Chu lentamente.
Huo Mian asintió pero no dijo nada.
—Hermana, estoy un poco cansado. Voy a ir arriba primero.
—Zhixin...
Huo Mian se puso de pie muy nerviosa.
—Hermana, estoy bien. No te preocupes por mí. No lo tomaré demasiado en serio, todavía tengo que cuidar de ti y de mamá. Solo necesito estar solo por un tiempo.
—Está bien... tienes que mantener la compostura. Tienes que vivir como un hombre.
Huo Mian sabía que era algo muy doloroso para Zhixin, de 19 años, perder el amor de su vida. Estaba realmente asustada de que él no pudiera mantener la compostura.