—¡Jing Zhixin! créeme que voy a abofetearte.
Huo Mian miró a su hermano con incredulidad ¿Cómo podría siquiera pensar que ella estaba teniendo una aventura?
—Jajaja, estoy bromeando. Cálmate.
—Olvídalo, eres un niño, no lo entenderías ni si te lo explico —dijo Huo Mian mientras se sentaba.
Su madre salió de la cocina justo a tiempo con un tazón de sopa en sus manos.
—Mamá, ambos fuimos a hacernos chequeos, los dos estamos bien, así que ya no debes preocuparte —dijo Huo Mian sosteniendo el tazón.
—¿Fueron hoy? —preguntó contenta Yang Meirong.
Huo Mian asintió y dijo: —Si, mi cuerpo está algo frio. La doctora dijo que mejoraría una vez que tomase medicina china.