La banda empezó a tocar una sinfonía en vivo. Era un vals muy hermoso, Por Una Cabeza. Tocado con violín, sonaba muy elegante y romántico. La canción iba con el estilo de Qin Chu, emanaba el aura de un rey. Huo Mian también amaba la canción. Era su primera vez escuchándola en vivo y era genial.
—Eh, ¿bailamos?
Huo Mian miró a Qin Chu con una expresión sorprendida.
Qin Chu sonrió, pero no dijo nada. Solo hizo una reverencia con su mano extendida como invitación. ¡Maldición! Él no se lo había dicho de antemano. Ella ni si quiera puedo ensayar, pero tantas personas estaban mirándolos.
Huo Mian no tuvo más opción que extender su mano y colocarla sobre la de él. Qin Chu colocó su otra mano en la cintura de ella y bailaron lentamente al ritmo de la melodía. Él se acercó a ella y susurró: —No temas, solo pretende que estamos bailando en casa. Relájate.
—Espera a que lleguemos a casa, te mataré—dijo Huo Mian, rechinando sus dientes.