Huo Mian no pudo evitar reír.
—No puedo creer que te estoy viendo tan asustando. Siempre eres tan arrogante, pensé que no temías nada.
—¿De verdad lo hice?
Qin Chu no quería pensar en el hecho de que tal vez haya corrido desnudo.
—Claro que no, eres mi esposo. Jamás dejaría que otros vieran tu cuerpo. Pero oficialmente te lo digo, no puedes beber tanto, no soy la única que pierde el control cuando está ebria.
—De acuerdo, trato.
Qin Chu sonrió y bebió el elíxir de Huo Mian. Luego ambos fueron a desayunar.
—Señor, joven señora, alguien de la compañía acaba de dejar sus atuendos para hoy. Los estilistas los esperan en el camerino.
—Lo tengo —dijo Huo Mian y asintió.
Luego del desayuno se cambiaron y se pusieron maquillaje. Empezando a las 9 de la mañana, tenían el evento de alfombra roja de la compañía. Las actuaciones empezarían a las 11 y durarían hasta las 3 de la tarde. Luego habría fuegos artificiales.