Qin Chu miró a Yang y explicó con una paciencia rara vez encontrada: —Annie Liang tiene una horrible reputación pública en la industria del entretenimiento. Su vida privada es un desastre y tiene demasiadas noticias negativas a su alrededor. Si la promovemos demasiado, eso llevará a más chismes. Entonces, ella será el centro de atención, opacando las noticias de nuestra nueva compañía. ¿Te parece aceptable eso?
—Señor, usted sí que ha pensado en todo. No pensé que usted prestaría atención a los tabloides ni sabría cuando desastrosa es la vida privada de la Señorita Annie Liang y toda su prensa negativa ja ja.
Yang rio alegremente. Él pensó que, con el orgullo de su jefe, tal vez no conocería ninguna estrella femenina.
—Siempre ganaré si conozco a mi enemigo. ¿Cómo puedo pelear contra Su Yu si desconozco la situación?
—Señor, lo que dijo es extremadamente correcto.