Huo Mian entró, Después de golpear...
El subdirector Guo estaba tranquilamente disfrutando de una taza de té. Él a diferencia del director Wu, era un hombre extremadamente astuto.
Era un zorro viejo y extremadamente manipulador. A Huo Mian no le agradaba, pero no podía hacer nada al respecto. Después de todo, él era un empleado antiguo y un ejecutivo de alto rango.
Por lo tanto, no tenía más remedio que siempre lidiar con él.
—Huo, ¿estás aquí?
—Subdirector Guo, ¿me estaba buscando?
—Sí, entra, siéntate.
Estaba siendo tan educado que Huo Mian comenzó a sentirse incómoda.
Huo Mian se sentó en una silla, con una expresión tranquila en su rostro. El director Guo, dejó la taza en su mano y dijo lentamente: —Mian, desde que llegaste a South Side, has sido extremadamente sobresaliente en tu trabajo. Admiro tu ética y lealtad en el trabajo, como tú jefe, pero…