Gao Ran luego procedió a contárselo todo con detalles a Zhu Lingling. Ella lo escuchaba atentamente, su corazón latiendo rápidamente a medida en que la historia se volvía más intensa. Finalmente suspiró, aliviada al oír que Huo Mian había salido sana y salva de la situación.
—Dios mío, ¿puedes comenzar con el final la próxima vez? Me asustaste a muerte.
Zhu Lingling volvió a suspirar y luego bebió un vaso de agua.
—Huo Mian es demasiado inteligente. Era básicamente una mujer débil contra nueve hombres fuertes.
—¿No has oído que es un genio? Inventó su propio veneno, eso es bastante increíble…
—Eso no era veneno, yo lo verifiqué. Era una especie de anestesia mezclada con colorante vegetal. Jajaja, muy inteligente de su parte. Con razón Qin Chu la quiere tanto.
—Entonces que, ¿ahora tú también gustas de ella? —bromeó intencionalmente Zhu Lingling.