Tesorito se acercó obedientemente, luego levantó la vista y dijo tajantemente:
—Tía, este es un regalo que te he preparado.
El pequeñín presentó un regalo de despedida con mucho cariño. Era un retrato que había hecho de Ning Tianxin basado en la foto que su madre le había enviado e incluso tenía un marco para que colgara. Aparte de dibujar a su madre, ese pequeño rara vez hacía retratos. Uno podía ver que tenía una impresión positiva de esa tía y que realmente le gustaba.
Ning Tianxin lo acarició admirablemente, su expresión increíblemente suave mientras miraba al pequeñín que tenía ante ella. Se agachó para abrazarlo ligeramente.
—¡Gracias, gracias, Tesorito! ¡Realmente me gusta!
El cuerpo del pequeño era blando, e incluso tenía un olor a leche, lo que hacía que los ojos se abrieran bien por alguna razón.
NingTianxin rápidamente lo soltó.
—Xiao Xi, ya me voy. Deberían regresar.
—¡Mmm, cuídate!
[…]