Parte 4 — Cita.
El día de la cita llegó.
La ansiedad comenzó a apropiarse de mi cuerpo. Al fin y al cabo, era un chico que jamás había ido a una cita en su vida. De hecho, me parece sorprendente que yo haya invitado a salir a alguien tan linda como Saya sin titubear siquiera.
Estoy orgulloso y aterrado de mí mismo y de mi talento.
Jamás he ido a una cita. Repito.
Cuando me desperté, una sensación de nerviosismo se esparció por mi pecho, así que decidí ir directamente a tomar una ducha para tranquilizarme.
Sumergí mi cuerpo en el agua y mi cara hasta mi boca, justamente para poder hacer burbujas de inquietud.
No creo que vaya a haber algún problema durante el transcurso de la situación, así que decidí que me despreocuparía. La hora de encuentro estipulada era las 11 a.m. así que tenía mucho tiempo.
Una vez salí del baño me dirigí a mi cama y dejé caer mi cuerpo, para darme una pequeña siesta.
10:55 a.m.
Como es de esperarse, un hombre debe estar cinco minutos antes, para no hacer esperar a la chica más de la cuenta, sin embargo, el problema era que ella ya estaba ahí.
Nos encontrábamos en las afueras de un centro comercial, así que esperaba que fuese difícil encontrarnos mutuamente, pero la situación no fue así.
Ella llevaba consigo un conjunto de ropa que fácilmente pensarías que ella vestiría. No, ella debía vestir así al salir. Era una certeza.
Agitando su mano, me saludó tan rápido me avistó. Que sea yo el que la haya hecho esperar me hizo sentir culpable. Con esto en mente, le devolví el saludo.
"Te ves un poco decepcionado, Daken".
No sé si esa era su forma de saludar, pero más que hacerme sentir mal, tenía una sensación de estar flotando en ese momento. Jamás pensé que viviría una situación como esta. Salir con la chica que me gusta.
Aunque con la frase anterior solo me refiero a salir a una cita, no a ser novios.
"No diré que eso es incierto, pero tampoco lo confirmaré", dije en respuesta a su enunciado.
"Así que usas ese tipo de frases al comenzar el día, ¿eh?".
Su tono al hablar me era de lo más curioso, pero decidí no darle demasiada importancia y solo dejarme deleitar por su dulce voz.
"Bueno, creo que deberíamos buscar un sitio al que ir, ¿no?".
"Sí, después de todo, ese es nuestro objetivo".
Un tono despectivo salió de mi boca. Interprétalo como quieras.
Empezamos a caminar hacia algún sitio lado a lado, nuestra distancia era… prudente, así que no había nada que destacar.
De repente, aprovechando este momento de silencio, decidí darle un buen vistazo a su vestimenta, que era muy llamativa.
De acuerdo a que estábamos en verano, ella usaba una blusa blanca sin mangas con un encaje discreto en su escote y un degradado semitransparente que acababa en los volantes de sus hombros.
En la parte inferior llevaba un pantalón azul ajustado de cuatro botones que sujetaban justamente donde acababa su vientre. Era una prenda que resaltaba las bondades de sus piernas y caderas; una completa bendición para la vista.
Su forma de vestir era refrescante y se veía claramente en juego con su cabello recogido en un moño y sujetado en una trenza hecha con su mismo cabello.
Ella ahora solo podría definirse como "perfecta".
Sin embargo, solo he hablado de su vestimenta. Su rostro está sin maquillaje, excepto el labial rosa en sus labios, y, aun así, no parece tener falla alguna.
"A todo esto, ¿qué quieres cocinar, específicamente?".
Ella escuchó mi pregunta y me dirigió una mirada pensativa.
"La verdad es que me interesa mucho aprender a hornear pasteles, pero también me gustaría poder cocinar todo tipo de platillos. En realidad, no tengo planeado especializarme en algo específico".
Creo que entiendo su punto. Querer aprender acerca de todo es un pensamiento normal en la cocina. No creo que haya muchas personas que genuinamente deseen especializarse en algo sin antes intentar un poco de todo.
"Aunque por el momento deseo centrarme en salsas y condimentos".
"Oh, como esa mermelada de cebolla con naranja".
"Sí, sí. Exactamente. Es genial que puedes encontrar todo tipo de recetas ahora. Antes, cuando era una niña, solía leer muchos libros para aprender".
"¿Cocinas desde niña?", pregunté, lleno de sorpresa.
"Ah, oh. No. Pero disfrutaba de ver a mi abuela cocinar, los sabores de sus comidas eran muy familiares y agradables".
Parece que a ella realmente le apasiona la cocina. Es muy adorable verla hablar con emoción acerca del tema, pero a este paso no le podré seguir el ritmo.
Como Toppe dijo, ¡debo guiar la conversación hacia otro lado!
Sin embargo, de manera repentina, Saya ralentizó su paso.
"¿Está bien aquí?", dijo lo que parecía ser una pregunta retórica.
"¿Un café?".
"Una amiga me recomendó este sitio antes de ser transferida a esta escuela".
"Parece tener una atmósfera agradable".
Dije, mientras observaba atentamente el interior del local. Estaba todo hecho con una madera de color oscuro que reflejaba la luz con belleza, y había plantas adornando en su interior, haciendo contraste en los colores marrón y verde.
Además, las paredes que no eran de madera estaban hechas con concreto gris que daba un aspecto elegante. Sin embargo, en el techo había todo tipo de flores que estaban sujetas al techo y colgaban vides, dándole un toque más cálido.
Una vista muy natural y moderna.
Saya se giró hacia mí y me invitó a entrar.