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Después del Festival de Mediados de Otoño, la vida retornó a su estado habitual. Daohua asistía a sus clases, practicaba con el látigo y cada día era tan ajetreado y satisfactorio como siempre.
Septiembre llegó en un abrir y cerrar de ojos.
Con la llegada de septiembre, el clima se enfrió y aumentaron las visitas entre las familias. La Señora Li recibió bastantes invitaciones, todas para visitas sociales para apreciar flores y té.
Daohua no estaba muy interesada en estas actividades. Le resultaba difícil conversar con un grupo de señoritas que habían crecido inmersas en los valores tradicionales de las "Tres Obediencias y Cuatro Virtudes".
Personas como Zhou Jingwan eran solo más accesibles porque recibían mucha atención en casa y no estaban tan limitadas por las reglas y el protocolo, lo que permitía algunas bromas y travesuras juguetonas.