Dicho esto, sacó a la Señora Li de la habitación sin más explicaciones.
—¡De verdad que tú...!
Una vez fuera de la habitación, la Señora Li dio unos golpecitos de resignación en la cabeza de su hija.
Daohua se cubrió la cabeza y dijo, —Madre, esta vez he seguido todas las buenas maneras, ¡no hice nada malo!
La Señora Li miró a su hija con fastidio, sí, las maneras habían sido seguidas, pero había un claro sentido de distancia hacia el Pequeño Príncipe.
Pensando en los rumores previos sobre su hija por parte de varias familias, la Señora Li suspiró, bueno, quizá sea lo mejor que su hija mantenga distancia del Pequeño Príncipe, para evitar que la critiquen como si estuviera ansiosa por congraciarse con él.
Dentro de la habitación.
Después de que Daohua y la Señora Li se fueran, la expresión de Xiao Yeyang empezó a oscurecerse lentamente.