La mirada de Wayne se posó en el papel del examen e inmediatamente dijo: —Tengo algo puesto, así que tengo que irme.
Entonces, se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la puerta.
Wilson le llamó y le dijo con una sonrisa: —Oye Myers, ¿qué pasa? ¿Te preocupa que tu corazón no pueda soportar los resultados de su examen? No te preocupes, soy muy bueno en la reanimación cardiopulmonar...
El intenso sarcasmo rezumaba del hombre grande y alto.
Wayne se quedó en la puerta de espaldas a él. De repente, giró la cabeza hacia el fondo y dijo: —Wilson, sigues siendo tan superficial como entonces. La calidad de un estudiante nunca debe juzgarse por las notas de sus exámenes; éste es el lema de nuestra escuela, ¿no es así?
La expresión de Wilson cambió de inmediato, pero sin embargo se burló y dijo: —Entonces, ¿de qué tienes miedo?