Louis se quedó perplejo. En realidad, había gastado demasiado en alimentar a los perros y gatos callejeros del distrito. Después de todo, criar un gato y un perro era lo mismo que criar a una persona rica.
En el pasado, cuando empezó a criarlos, les daba comida para gatos más barata. Al fin y al cabo, para los gatos callejeros ya era muy satisfactorio tener comida.
Sin embargo, al cabo de un tiempo, se dio cuenta de que los gatos callejeros habían perdido mucho pelo y estaban desnutridos. Por ello, los llevó al veterinario.
El médico le dijo que la mayoría de los gatos callejeros habían sido abandonados por sus dueños. También había algunas razas de gatos buenas que tenían mayores necesidades alimentarias. Tenían que consumir muchas vitaminas y proteínas. Los perros también tenían que comer carne y huesos para los dientes en cada comida.