Bab 16: NERVIOS DE METAL
Najum no pronunció palabra alguna; es más, él no había hablado una ni palabra durante el tiempo que llevaban corriendo. Ya en varias ocasiones Ondín se había preguntado si acaso era mudo, pero ella abandonó este pensamiento cuando de pronto sintió que el zorro aceleraba la carrera.
- ¡Ikk! - Se oyó decir a Jadem y sólo con esto, dando un formidable salto, la oscura y corpulenta hada de primavera se separó del grupo. Ikk tampoco hablaba mucho. Ondín sólo le había escuchado pronunciar monosílabos en secas respuestas como mucho.
De pronto ella sintió un cambio importante en la atmósfera, pero vaciló antes de hablar. Sin embargo, su impertinente problema de timidez quedó olvidado en unos segundos. Sus próximas palabras bien podían ser las últimas. Puesto que aquella cosa maligna estaba incrementando la velocidad amenazadoramente. De seguir así un encuentro sería en cuestión de minutos. Ella ya podía sentir la animosidad y la perfidia en aquel ser.
- Es grande, muy grande, Jadem. - Dijo Ondín finalmente, sintiendo cómo su voz sonaba toda temblorosa e irregular. Tras su revelación notó que Rin saltaba un poco sobre el zorro. La duende había estado ajena a la amenaza. - Esa cosa no tiene buenas intenciones, eso es seguro.
- Mi olfato me dice que es un susurrante, Ikk confirmará si es así.
- ¿Un susurrante?
- Una rara criatura del reino de invierno. Es totalmente absurdo que se encuentre por estos parajes. Es por eso que quise confirmar, sin embargo, mi olfato nunca me ha engañado.
- Susurrante... - Soltó Ondín en un jadeo.
Transcurrieron unos minutos antes de que, respondiendo a las preguntas que se estaba planteando Ondín, Jadem dejara deslizar otra vez su voz entre la doble hilera de dientes en las fauces del zorro:
- Si esta criatura se cerca lo suficiente como para que escuches su voz te paraliza y después de esto te conviertes en su comida. La buena noticia es que su voz es realmente baja, prácticamente suena como murmullos. La mala noticia es que es gigantesco y muy veloz. - Aquí Jadem tomó aire y agregó: - Otra mala noticia es que es cruel y viciosa, suele devorar sus víctimas lentamente mientras aún viven.
Algo se revolvió en el estómago de Ondín con aquel pedazo de información. Por su parte Rin se veía espantosamente pálida.
Justo en ese momento apareció Ikk justo al frente de ellos y Ondín estuvo a punto de salirse de su piel de la impresión. No lo había sentido para nada y eso que tenía sus sentidos al máximo. Ella le lanzó una mirada de incredulidad al hada morena y justo entonces sintió una suave carcajada del zorro.
- La especialidad de Ikk es pasar desapercibido. - Le aclaró Jadem con una enigmática sonrisa -¿Ikk?
- Susurrante. - Contestó la fornida hada de primavera de forma cortante y sin mostrar señales visibles de preocupación.
- Somos su objetivo, nos está dando caza. ¿Qué hacemos Jadem?- Soltó Cain no luciendo más afectado que el fornido Ikk.
Así que esto era ser un aventurero; tenían nervios de metal o algo. Caviló Ondín. Ella por su parte estaba más aterrada a cada rato.
- Tenla - Dijo Jadem ladeando su cabeza hacia Ikk. Estaba refiriéndose a Rin obviamente. Ante esto la fornida hada no objetó, pero por la mirada que le dio a Jadem era obvio que no estaba cómodo con la idea.
Otra vez el zorro rió con aquella manera burlesca que le caracterizaba. ¡Que nunca se ponía serio este príncipe! ¿Acaso no le preocupaba la situación actual? Se preguntó Ondín. Sí, lo había visto serio una vez: cuando le informaron sobre la desaparición de aquella hada a la que iban a rescatar.
Mientras Ondín cavilaba sobre todo esto, Ikk tomaba a Rin en sus brazos y se podía notar un fuerte sonrojo en la cara de la duende. Entonces una cegadora luz rodeó al zorro y de reojo Ondín vio a duras penas cómo su forma iba cambiando. Muy pronto el príncipe corría a su lado tal y como lo recordaba el día que fue presentado en la corte de verano. Con los rizos rojizos balanceándose y los deslumbrantes ojos verde esmeralda; se había transformado sin dejar de correr.
- Mis oídos de zorro son muy sensibles y no quiero correr riesgo de quedar paralizado.- Dijo él mirando directamente a Ondín. ¡Qué tonta era! Inmediatamente ella minimizó prudentemente el alcance de sus oídos. ¡Cómo no había pensado en ello!
- Jadem... - presionó Cain.
- Por el momento conservamos la ventaja.
- No durará mucho- replicó Cain- Se trata de uno de los cazadores más rápidos de Invierno, son tan veloces como los Sables. La maldición me impide usar mis poderes y soy la única hada oscura de la partida.
¿Maldición? ¿Hada oscura? Ondín hizo nota mental para indagar después. ¿Cain era del país de invierno u otoño? Enseguida Ondín apostó por Invierno, por el color de sus cabellos.
- No tenemos ni medios ni tiempo para emboscarlo y sólo podemos atacar a distancia pues todavía no he encontrado un modo de hacerme sordo temporalmente.- Empezó Jadem: - Además, está el inminente problema de la oscuridad. Pese a que es posible sentirlo no podemos correr el riesgo de fallar las flechas, de ocurrir estamos todos muertos. En cualquier caso, las armas que hieren de lejos son nuestra única oportunidad. Cain, Najum, ustedes son los arqueros así que estén preparados y alertas – Habló con un poco de sorna el príncipe- Por otra parte, no conozco bien la zona ¿Najum, sabes algo que nos pueda ser de utilidad?
Najum no respondió, pero se adelantó al grupo y negó con la cabeza. Entonces Rin se aclaró la garganta. Ella parecía un bebé en los brazos de Ikk. Si no fuera por la terrible situación que tenían, Ondín se hubiese carcajeado.
La oscuridad no sería un problema para ella. Ondín quería decirlo, pero se aguantó.
- Creo que puedo ayudar con un dispositivo que traigo. - Dijo de improviso Rin, su dulce voz sonando fuera de lugar en aquellas circunstancias. De inmediato todos giraron sus cabezas hacia la pequeña mientras esta tomaba aliento y continuaba: - Mi dispositivo puede lanzar una red a larga distancia...
- Estamos hablando de una criatura de casi noventa pies de altura, pequeña Rin. - La alertó Jadem y como para respaldar sus palabras de pronto todos pudieron escuchar el estruendo de los pasos del susurrante.
El bosque parecía venirse abajo debido a la carrera del coloso. ¿Cómo podía ser la desgraciada criatura tan grande y tan rápida? Ondín sintió deseos de gritar y hacerse un ovillo. O mejor, buscar un agujero en la tierra y meterse allí y sepultarse. En eso la voz de Rin logró sacarla de sus desesperados pensamientos.
- No hay problema, es una red mágica y se adapta al tamaño que tenga la presa. Sólo tenemos que encontrar el modo de hacer blanco a una distancia segura. El arma dispara sólo una vez.- Terminó la duende.
- ¿Estás segura de eso pequeña? - La abordó con gravedad Cain que se acercó a Ikk mientras le lanzaba una mirada inquisitiva a Jadem.
- La red no fallará, padre y yo la hemos probado ya.
- Bien. - Respondió Jadem con una ladina sonrisa. En ese momento Najum captó su atención poniéndose a la delantera del grupo. El hada de verano les hizo una señal para que lo siguieran y acto seguido torció bruscamente hacia su izquierda. A causa de esto Ondín dio un traspié y si Jadem no la hubiese agarrado por el brazo con fuerza, ella habría tenido una muy penosa caída.
Tras estabilizarse Ondín lo miró con una franca expresión de agradecimiento en su mirada a lo que el príncipe correspondió con una pícara sonrisa. Ella sintió el rostro afiebrado cuando él dijo: - Mejor mira por dónde vas, Yaeng. Aunque pensándolo bien, creo que te tropezaste con tus propios pies. - Y soltó su acostumbrada risita.
Ondín sintió el rostro más caliente y no supo cómo se las arregló para no contestar su burla con una réplica sardónica o al menos el intento de una. No, ella no tenía ni aptitudes, ni tiempo para eso. De modo que se concentró otra vez en mantener el paso. No obstante, cuando miró al frente se encontró con los ojos de Najum. Realmente no ayudaba sentirse constantemente vigilada por aquel guerrero.
Status Power Mingguan
-- Peringkat
Power 
-- Power
stone