—Damas y caballeros, por favor dirijan su atención. Me siento honrado de anunciar la inminente llegada de Su Gracia, el Duque Marvin Sarlus —el eco de la solemne proclamación del heraldo resonó a través del gran salón de recepciones. Los nobles reunidos enseguida se quedaron en silencio, sus conversaciones desvaneciéndose en el fondo. Todas las miradas se volvieron hacia la entrada, anticipando ansiosamente la aparición del estimado Duque. No era otro que el Duque Marvin Sarlus, una figura cuyo poder e influencia superaba incluso al del Duque Zayne.
El Duque Sarlus ocupaba una posición prominente en el tejido político del Imperio de Istarin, situándose como la tercera figura más poderosa después del Emperador y la Familia Real. La mención de su llegada inminente aumentó el sentido colectivo de anticipación, ya que todos comprendían la importancia de su presencia.