El retumbar llenaba totalmente aquel enorme castillo, no había un solo centímetro que no vibrara, pero aquellos estruendos se volvían cada vez más fuertes mientras ella más caminaba, de porte decidido, elegancia y pese a que su rostro era muy fino y bello, en este podía notarse un aire de desafío, su caminar era algo apresurado, llevaba un vestido de un blanco prístino, la parte baja de este formada por varias telas diferentes cocidas entre sí, pero lo que provocaba que sus pasos se escucharan con más fuerza eran sus botas de acero, parte complementaria de una armadura, su oscuro cabello estaba adornado por un broche con algunas plumas, hasta cierto punto si alguien prestara la suficiente atención vería que aquella mujer en realidad caminaba tan deprisa pues la preocupación la embargaba.
- ¡Hermana Brynhildr! No puedes estar hablando en serio -una segunda chica mucho más joven y de cabellos rubios venia corriendo, a diferencia de la que llamaba su hermana, la vestimenta de esta chica era mucho más simple, una ligera chaqueta color caqui encima de una camisa blanca, mallas con cintas de cuero se encontraban cubriendo sus piernas saliendo bajo un short color negro, aquella chica realmente estaba agotada - ¡Nos mataran a todas!
-silencio Geir, si permitimos que esto continúe perderemos cosas más importantes que nuestras vidas, el propósito de nuestra existencia misma está en juego -la voz de aquella mujer era ligeramente más grave de que la de Geir, si la pequeña chica parecía rondar los quince años con su apariencia, Brynhildr aparentaba estar en sus veintes.
-pero… pero… -ella desistió en su intento de frenar a su hermana, por lo que solamente se apresuró para tratar de caminar a su lado, su hermana pareció notarlo, puesto que parecía reducir un poco la velocidad de su caminar - ¿mis hermanas están de acuerdo contigo?
-por supuesto, ellas saben que nosotros solo hemos vivido para este momento.
Frente a ellas se alzaba una gigantesca puerta de marfil con piedras preciosas, cada una con el suficiente brillo como para poder ser vistas sin importar la distancia, custodiando esta puerta se encontraban dos gigantes de casi cuatro metros de altura, portaban como armas un escudo de piedra casi tan grande como ellos y una lanza con la punta estriada, no llevaban armaduras puesto que su piel parecía estar hecha de una combinación compleja de metales en distintas capaz, pues un patrón damasquino recorría todo su cuerpo, sus ojos eran cuencas vacías al igual que sus bocas, pero aun así estos movieron sus cabezas para seguir con la mirada a ambas valquirias, claro si es que podía llamársele de esta manera a lo que aquellas moles habían hecho. La pequeña Geir tembló un poco y se refugió tras su hermana cuando finalmente estuvieron frente a aquellos dos seres los cuales cruzaron al mismo tiempo sus lanzas para impedirles el paso, más su hermana mayor continuaba con su intención de cruzar, así que solamente alzo su mano para indicarles que se movieran, pero aquellos Golems gigantes permanecieron estoicos.
-paso no concedido, la sala está ocupada -ambos Golem hablaron al mismo tiempo casi tal cual como una máquina, era una voz artificial, totalmente carente de entonación o un acento, pero Brynhildr no se movió, lo que parecía haberlos hecho enfadar -da la vuelta Valkyria.
Brynhildr no presto atención a las advertencias de los Golem, continuo caminando, los dos gigantes alzaron sus gigantescas armas y después las descargaron con furia contra aquella mujer, el sonido de aquellas armas cortando el viento produjo un silbido, Geir grito mientras se arrodillaba y cubría su rostro, más el estruendo de las lanzas chocando contra el suelo jamás se produjo, al contrario, la madera de aquellas armas solo emitió un crujido, después un quejido lastimero se produjo, ambos gigantes tenían en sus gargantas las puntas del arma de su compañero, no hubo sangre en lo más mínimo después de todo aquel liquido no estaba dentro de los cuerpos de los gigantes, no estaban vivos jamás lo habían estado, solamente eran maquinas creadas con un propósito, pero eso no quitaba que pudieran ser destruidas, los cuerpos de aquellas moles enormes se precipitaron de frente contra el suelo, produciendo grietas cuando chocaron contra este, el sonido fue seco totalmente. Geir alzo la vista asustada observando como Brynhildr bajaba poco a poco sus manos, ella volteo a ver a su hermana menor mostrándole aquella sonrisa tan característica de ella, pero en el fondo Geir estaba aterrada, siempre que su hermana le mostraba aquella sonrisa era como la de un lobo tratando de disfrazarse en la piel de un cordero, quizás no era la más fuerte físicamente de todas sus hermanas, pero aun así Brynhildr tenía una fuerza aterradora cuando se sentía molesta.
Las dos puertas fueron abiertas por ella, pero en el instante en que lo hizo una gran ráfaga de viento helado salió del interior, un escalofrió recorrido el cuerpo de Geir, ella conocía perfectamente la estructura de aquel castillo después de todo era el castillo de Valhala el terreno neutral conferido a ellas las Valkyrias, aún estaban lejos de la sala de reuniones pero ya podían distinguirse las voces que estaban discutiendo, ambas continuaron caminando por un pasillo en el fondo podía verse una luz, algunas antorchas estaban colocadas por un hasta que finalmente pudieron ver aquella estructura.
Frente a ellas una sala de congreso tan grande como una montaña misma, tenía la forma de un círculo perfecto y en cada uno de los espacios se encontraba un ser totalmente distinto al que estaba sentado de forma contigua, en el centro estaba un trono hecho de oro, sobre este se encontraba alguien parecido a un hombre mayor, tenía una prominente barba rubia al igual que su cabello, este era ligeramente largo llegándole a los hombros, llevaba una túnica de color blanco con algunos hilos de oro entretejidos formando un patrón ligeramente complejo, su complexión era muy fornida, esto podía notarse fácilmente pese a que estaba casi recostado sobre su trono a un lado de él se encontraba una pequeña mesa sobre la cual este tenía posado su codo derecho, la cabeza recargada en su puño y en su rostro había una mueca de aburrimiento y hasta cierto punto de molestia, podría parecer un hombre pero era todo lo distinto a esto, era un dios, el dios mayor del olimpo, el gran Zeus, este parecía ignorar todo el bullicio que estaba ocurriendo en aquella sala, una cacofonía de voces todas gritándose una a la otra, ninguno de los presentes les prestó atención a las nuevas visitantes.
-si ya terminaron de hablar tonterías ¿podemos continuar con el verdadero motivo por el que estamos aquí? -la voz de Zeus era profunda, pero fue tan leve que fue opacada por todas las demás, este abrió sus ojos, estos no eran normales, solamente era de una sola tonalidad azul brillante, carecía de Iris o pupila, aquello lo había molestado todos parecían más concentrados en sus propios temas, este puso su dedo encima de la mesa golpeándolo ligeramente -creo que les he pedido que se callen -el puño de Zeus impacto con tal fuerza contra la mesa que el material de oricalco que formaba esta mesa se resquebrajo, aquel estruendo lleno el salón todos los dioses se callaron -supondré en todo caso que ya han dialogado lo suficiente, así que es momento de que tomemos una decisión, después de un ciclo de otros mil años debemos decidir si la humanidad merece continuar viviendo.
-los humanos han destruido la naturaleza casi en su totalidad -una de las diosas fue la primera en hablar, la diosa de la fertilidad terrestre Deméter -cada vez es más difícil mantener los ecosistemas- desde el ciclo anterior estuvo a favor de la destrucción de los seres humanos, puesto que era su tan amada naturaleza la cual era destruida más y más.
-los humanos no son perfectos, nosotros los hicimos así después de todo, sus fallas son algo que esperábamos, no podemos culparlos de esto -joyas de jade y plumas cubrían el cuerpo de aquel dios, tenía intrincados patrones similares a escamas tatuados en la piel, la serpiente emplumada, el tercero de los Tezcatlipoca -aun cuando han tocado fondo ellos están tratando de escalar -Quetzalcóatl tenía un aprecio particular por los seres humanos, era de los dioses que estaba más apegado a estos.
- ¿Cuánto más debemos perdonar sus fallas? Acaso permitiremos que destruyan la tierra, es tiempo de llamar el Kali Yuga, desatemos el apocalipsis sobre ellos -la fuerte voz de aquel dios provenía de uno de los lugares centrales de la sala, Shiva tenía en una las manos de sus cuatro brazos sosteniendo una pequeña esfera con la forma de la tierra -ya les hemos dado suficiente tiempo y solo dan problemas.
Los dioses siempre se dividían en dos bandos, muchos desde hace una gran cantidad de ciclos apoyaban la idea de destruir a los humanos, pero siempre la mayoría decidía permitirles existir por un milenio más, pero esta vez era distinto, los dioses estaban mucho más decididos a exterminar a la humanidad, eran pocos los que deseaban darle nuevamente una oportunidad.
-creo que han olvidado algo muy importante, muchos de los humanos han escupido a los cielos negando nuestra existencia, debemos recordarles que deben temer la furia de los cielos -la voz de aquel dios anciano hizo eco en el lugar, Odín el dios nórdico principal su único ojo estaba fijo en Zeus, después de todo el argumento que dio era algo que el propio dios griego remarcaba mucho -los dejaremos continuar en su ignorancia y que cometan sacrilegio tras sacrilegio.
Se volvió a producir una enorme discusión, sin embargo los dioses mayores comenzaron a guardar silencio estos a diferencia de los demás sabían lo que se avecinaba, el orgullo del dios del olimpo fue lastimado en el momento en que Odín dejo caer aquella frase, la risa de aquel dios comenzó a volverse cada vez más fuerte, muchos de los presentes comenzaron a temblar, sentían un escalofrió recorrerles el cuerpo, la postura de Zeus cambio volviéndose mucho más rígida, este reía una y otra vez, mientras llevaba su mano a su rostro cubriéndolo un poco.
-supongo que tienes razón, la humanidad ha mordido la mano que le ha dado de comer en varias ocasiones, es momento de que los dioses mostremos nuestra voluntad -frente a él aparecieron dos imágenes una con una equis de color rojo y otra con un círculo de color verde, el circulo de color verde desapareció quedando solo la equis -yo voto por su destrucción.
Frente todos los dioses en la sala aparecieron las dos imágenes, fue ahí que las piernas de Geir temblaron, la sala se tiño de un rojo carmesí mientras todos los dioses escogían, el veredicto había sido determinado, no podía creerlo, todos los dioses votaron a favor… de destruir a la humanidad, incluso Quetzalcóatl que parecía defenderlos se rindió en el momento en que Zeus hablo ¿había perdido la fe? Sin importar que ocurriera la decisión fue tomada los humanos serian destruidos por la furia de los dioses, siete millones de años de existencia llegarían a su fin, mientras Zeus se preparaba para golpear la mesa dando fin a aquella reunión y preparándose para destruirlos a todos, Geir vio a su hermana caminar hasta quedar bañada por la luz de aquella sala, esta saco de su bolsillo una pequeña tableta de cristal la cual proyecto la imagen de un libro que poco a poco comenzó a materializarse en el brazo de esta, a toda prisa ella busco una página en concreto y finalmente la encontró.
- ¡esperen un momento! -aquellas palabras resonaron con fuerza, todos inmediatamente giraron sus cabezas para poder enfocar a aquella mujer que promulgaba una demanda.
- ¿qué demonios haces aquí mestiza?
-una Valkyria no debería interferir en nuestros asuntos.
-sabes que podemos asesinarte en este momento si así lo deseamos ¿no es verdad?
Todos los presentes en aquella sala comenzaron a lanzar insultos sobre la mujer, después de todo las Valkyria nunca habían sido muy bien vistas por los dioses, tenían sangre humana en sus cuerpos, ellas eran más vistas como objetos, herramientas desechables que carecían de toda importancia, desde hace milenios ellas solamente existían para servirles a ellos o eso era lo que ellos pensaban.
-los cielos no pueden descargar su furia sobre la humanidad, no hasta que se ganen ese derecho.
Una fuerte carcajada se produjo en todos los presentes ¿Qué se creía aquella mestiza? Las deidades ganar el derecho a destruir la humanidad, que reverenda estupidez, ellos los habían creado, tenían total control sobre ellos, algunos ni siquiera tomaron en serio las palabras de aquella Valkyria, puesto que las tomaron solo como delirios estúpidos, ni siquiera merecía castigo, después de todo los había hecho reír ¿Por qué castigarla por eso?
-he… he… hermana te van a matar no puedes hablarles así.
-no Geir, no podemos flaquear, este será el momento decisivo -volteo a ver una vez más a la sala y hablo con la misma forma que antes -dioses, ustedes no pueden destruir a la humanidad, pues reclamo el derecho de los seres humanos al Ragnarok, trece batallas entre representantes de los dioses y humanos, si la humanidad debe ganarse su supervivencia entonces que mejor que un combate.
-por favor ¿Crees que ellos tendrán algo que probar? -otro de los dioses se puso de pie, uno de los dioses armenios, Azdahak el gran dragón, el cabello rubio con mechones negros de este dios se movió con furia, estaba realmente molesto por lo que sugería aquella mujer -crees que la humanidad tiene alguna oportunidad de enfrentarnos, ni toda la humanidad unida sería capaz de enfrentar a un solo dios.
-de acuerdo a la constitución del Valhala, articulo sesenta y dos, párrafo quince de la cláusula especial, los dioses no tienen permitido destruir a los humanos si se invoca el derecho al Ragnarok.
- ¡Toma tu constitución y métela por la parte más oscura de tu ser Valkyria! -Azdahak golpeo la pequeña barra frente a el rajándola un poco asustando en el proceso a algunos dioses a su alrededor - ¡tú no tienes ni siquiera el derecho a llamar el Ragnarok! no eres humana ni mucho menos un dios, solo eres una mestiza.
-entiendo mi señor, confrontar a los humanos debe ser una molestia para los dioses, así que es mejor que estando sentados en sus tronos los destruyan sin darles la menor oportunidad de defenderse, eso es algo digno de seres tan magnánimos y poderosos.
-hermana, no lo hagas -Geir tenía miedo, sabía perfectamente lo que estaba tratando de ocasionar Brynhildr, pero eso podría salir peor, incluso podría morir ahí mismo.
- ¿Qué es lo que intentas decir Valkyria? -el dios dragón estaba molestándose cada vez más, sus ojos mostraban una sed de sangre, si ella decía alguna palabra más la destriparía en el acto.
-que los dioses son unos malditos cobardes que tienen miedo de enfrentar a los hombres.
Una nueva voz resonó en la sala, provenía de un lugar atrás de Brynhildr, incluso esta se asustó, esa voz la conocía perfectamente, no podía imaginar que aquel dios estuviera tan cerca, en qué momento había llegado hasta ella ¿cómo no pudo verlo? Ella se giró rápidamente y lo vio, aquel dios parecía un joven rondando sus veinticinco años, tenía un largo cabello de color rojo, vestía una bata del mismo color que su cabello, pero con el añadido de tener bordado varios patrones florales en los bordes de sus ropas, llevaba varias joyas encima, diez anillos dorados en sus manos todos con piedras preciosas diferentes, sin embargo este parecía incomodo con estos al igual que con el collar que llevaba en su cuello, continuo caminando hasta llegar a la sala, todos los dioses sintieron el frio recorrer sus espaldas, algunos incluso se quedaron con la boca abierta.
-me disculpo por llegar tarde a la reunión, mi esposa quería que me presentara de forma elegante, pero parece que llegue en un momento perfecto de esta aburrida reunión -en su rostro tenía una sonrisa mientras se rascaba un poco su nuca -entonces pequeña Bryn, estas clamando el Ragnarok, al fin pasa algo emocionante en los cielos.
-Rama ¿crees que ignorare lo que acabas de decir? -totalmente de pie Azdahak estaba dirigiendo su furia hacia el dios recién llegado.
- ¿acaso mentí? Todos se jactan de su fuerza, pero aun así se aterraron cuando alguien los desafía, donde esta esas ganas de mostrar su poder, si realmente quieren que los humanos teman otra vez a los dioses dejen de actuar como un niño asustado en la oscuridad.
-infeliz… ¡que te has creído hablándonos así! -el dios oscuro Balor se puso de pie junto a Azdahak y señalo a Rama con su dedo mientras golpeaba su mano contra la silla -necesitas aprender modales.
-¡¿y serás tu quien me los enseñe?! -la sala tembló hasta los cimientos mientras el aura de Rama comenzaba a aumentar, parecía un fuego que intentaba abrasar todo lo que estaba a su alrededor, Geir lo miraba aterrada después de todo estaba justo a un lado de ella, el dios continuo caminando y salto dejándose caer ligeramente en el centro de la sala parándose muy cerca de Zeus -los dioses creamos las reglas y ¿ahora no las cumplimos? Acaso son distintos a los humanos.
La situación se estaba saliendo totalmente de proporción, si esto continuaba los dioses terminarían luchando unos contra otros, Geir le dio un ligero tirón a uno de los pedazos de tela de su vestido para tratar de llamar la atención de Brynhildr pero esta no volteo en lo más mínimo a verla, Geir se movió un poco para tratar de verla y se sorprendió totalmente, en el rostro de su hermana había una mueca que no podía distinguir si era alegría o temor, era una sonrisa realmente extraña, ella podía entender aún mejor lo que estaba pasando.
-Lord Rama, entonces si entiendo la situación ¿tu defiendes a la humanidad? -el dios Ares hablo y varios dioses voltearon a verlo, se había mantenido en silencio como varios de los dioses mayores, este llevaba su armadura cubierta por una capa negra - ¿te enfrentaras a los dioses por ellos?
-en qué momento dije eso, yo solo estoy dispuesto a que se cumplan las reglas y en todo caso ¿crees que los enfrentare solo? -mientras Rama declaraba aquello todos pudieron notar como alrededor de todos los dioses de la mitología indu comenzaba a surgir una aura aterradora, todos estaban respondiendo para respaldar a su señor, después de todo Rama era el portador de la fuerza del dios mayor de la india, Vishnu, muchos afirmaban que él era el más fuerte entre los dioses y aun si esto no fuera verdad seguía siendo de los más fuertes, incluso Shiva que estaba a favor de destruir a los humanos apoyaba al resto de dioses.
- ¿quieren comenzar una guerra entre los dioses? -la mirada de Ares no cambio en ningún momento, seguía siendo fría, muchos de los dioses presentes solamente esperaban que el conflicto terminara antes de empezar, ya que no deseaban tomar bandos.
-Ares, no sé si esta vez te estas empeñando en ser estúpido o solamente quieres aparentar voluntad -el escupió las palabras sin el menor cuidado, el rostro de Ares le mostro que sus palabras tuvieron efecto -en ningún momento yo o alguno de mis hermanos y hermanas ha declarado guerra.
-este lugar ya ha sido deshonrado demasiado, esta asamblea se está llevando en un lugar neutro, entonces por qué se comportan como niños, te has estado extralimitando Rama, ni siquiera tenías intención de presentarte a este concilio -Zeus abrió los ojos enfocando a Rama mientras poco a poco a su alrededor comenzaba a aparecer una ligera aura centellante.
-vaya anciano, pensé que estabas muerto, no decías nada, pero veo que sigues vivo -su sonrisa cínica nunca desapareció, incluso cuando Zeus comenzó a reír claramente molesto este ni se inmuto -supongo que aceptaras la propuesta del Ragnarok, solo piénsalo ¿Cuándo fue la última vez que tuviste un combate interesante? El Ragnarok es lo que llevamos milenios esperando, poder mostrar el verdadero poder de los dioses.
La voz de Rama se volvía cada vez más fuerte, estaba apelando al orgullo de las deidades, después de haberlo estado golpeando una y otra vez ahora eran fáciles de manipular, querían mostrar que algo tan mundano como el temor no existía en ellos, después de todos los dioses vivían para mantener una imagen de omnipotencia en todo sentido.
- ¿acaso un humano es capaz de rasguñar un dios? -este alzo las manos mientras escuchaba los gritos de la multitud clamando un rotundo no, incluso algunos dejaban caer su puño para reforzar su respuesta, la flama dentro de ellos fue encendida, incluso una sonrisa apareció en la cara de algunos de los dioses mayores - ¿acaso una hormiga puede aspirar a matar a un león? Somos dioses, vivimos por la fuerza, somos la epitome de la existencia, si los humanos desean enfrentarnos ¡pues los haremos vivir un infierno por su insolencia!
La multitud vitoreo a Rama gritando su nombre solo para después comenzar a gritar la palabra Ragnarok, todos los dioses estaban clamando con gozo las ganas de que el gran combate ocurriera, Rama giro a ver a Zeus encontrándose con la sonrisa maniática de este, sus manos estaban temblando y el aura a su alrededor se volvía cada vez más densa, al punto de que el mismo aire a su alrededor estaba temblando y aumentando su temperatura, incluso Rama podía notar esto, el dios realmente se estaba emocionando.
-si… si… tienes razón pequeño rey, no debemos sentarnos eternamente, cuanto tiempo ha pasado desde que sentí emoción verdadera, desde que tuve un combate emocionante -aquel dios se puso de pie solo para golpear el suelo haciendo que toda la parte de central de aquella sala se resquebrajara formando gigantescas grietas - ¡pequeña Brynhildr tu deseo se ha cumplido! ¡declaro que el Ragnarok se llevara a cabo! Selecciona tus campeones y nosotros presentaremos los nuestros ¡Que la furia de los dioses descienda sobre los hombres!
Tanto Brynhildr como Geir abandonaron rápidamente la sala, la primera iba caminando con prisa y la segunda trataba de alcanzarla, aun cuando se estaban alejando podían escuchar los gritos de júbilo de los dioses, realmente se habían emocionado por la propuesta de la Valkyria.
-hermana lo logramos, pensé que solamente se negaría, pero Lord Rama nos ayudó, jamás pensé que un dios de la india nos apoyaría. ¿Hermana?
El rostro de la Valkyria era sombrío, no le contestaba ninguna de sus dudas, es mas ni siquiera volteaba a verla, Geir entonces se asustó, le molestaba que Lord Rama los hubiera ayudado, continuaron caminando tan rápido que podría parecer más bien que estaban corriendo de forma disimulada, pasillo tras pasillo, cruzaron puerta tras puerta, no se toparon con nadie mientras seguían su camino todos los dioses estaban aun reunidos en la sala probablemente, sin embargo el resto de los súbditos que normalmente estarían yendo de un lado a otro se encontraban preparando un banquete pues todos sus invitados después de la gran asamblea celebrarían una gran fiesta, en el fondo Brynhildr pensó que les podría arruinar la celebración, pero ahora seguro que gritarían con jubilo mientras se regodeaban en su propio orgullo y autosatisfacción, deseaba enserio hacer que la maldita sonrisa que siempre tenían desapareciera, ellos habían creado a los humanos, les dieron regalos una y otra vez, pero también los hicieron sufrir durante milenios, siempre los habían tratado como unas hormigas en una granja, agitándola cada vez que estaban aburridos, pero ya no más, los humanos debían ser temidos, en el momento en que tuvieron libre albedrio la sentencia de los dioses estaba marcada, durante mucho tuvo miedo de que la humanidad no estuviera lista, que cuando llegara el momento no tuvieran los medios para defenderse, pero ahora los tenían. Finalmente llegaron a un par de gigantescas puertas, tenían guerreros grabados en la madera que formaba ambas puertas, estas se abrieron al momento en que ellas estuvieron frente a ellas, no todas las puertas del castillo tenían esa peculiaridad pero esta sala era distinta, entro y la luz proveniente de las antorchas cubrió a Brynhildr, frente a ella estaba un comedor circular con trece sillas vacías, aquello la sorprendió se suponía que todas estarían ahí, pero una mirada al balcón le hizo entender que al menos una de ellas si estaba presente.
-hermana, te agradezco mucho que me hayas decidido apoyar en esto ¿Dónde están las demás?
-aun no llegan Hildy, yo estaba aquí mucho antes de que nos llamaras, estuve hablando con el abuelo, jugamos un poco, debo decir que es realmente bueno jugando a las cartas, me dejo sin una sola moneda -la Valkyria llevaba un vestido de color negro con muchos holanes de color blanco, su cabello era muy largo rizándose un poco en las puntas de este, llevaba unos guates con gemas en el dorso de sus manos, pese a que llevaba tacones seguía siendo ligeramente más alta que Brynhildr -ahora que lo pienso ¿a los muertos les sirven las monedas de algo?
-el abuelo y los demás me enseño que las monedas sirven para sobornar a Caronte y que les de tours ocasionalmente por el inframundo, enserio hermana, además son tours muy divertidos. Mira -Geir saco una pequeña tableta y le mostro a su hermana una foto de ella en la que se veía a un hombre de casi 40 años y a Geir encima de un perro gigantesco de tres cabezas.
-no puedo creer que Caronte los dejara tomarse fotos con cerbero. Espera ¿hiciste un trato con hades? -los ojos de la Valkyria brillaban de emoción, aunque en el fondo sentía algo de molestia, el abuelo debía llevarla a pasear alguna vez con Caronte también, podía parecer mayor, pero en realidad era de las Valkyrias mas jóvenes, era la onceava más precisamente - ¿qué le ofreciste a cambio de que te dejara subir a cerbero?
-mejor no hablemos de eso ahora -un escalofrió recorrió el cuerpo de Geir mientras sentía la dura mirada de Brynhildr tras de ella, pero el sentir esa mano sobre su hombro la hizo entender que en realidad no estaba tan lejos la voz de Geir era ligeramente quebrada-hermana… tenemos cosas que hacer ¿no?
-no, primero quiero escuchar lo que le estabas contando a nuestra hermana ¿Qué le diste a Hades a cambio?
-este… este… una foto. Una foto tuya autografiada -Geir instintivamente se cubrió la cabeza, pero no sintió nada, entonces vio que Brynhildr estaba sonriendo y sus piernas temblaron a tal punto que cayo al suelo -perdona hermana, no fue mi intensión.
-no te preocupes Geir, por que estaría molesta, pero sabes tu y yo tendremos una charla a solas sobre la privacidad -ella hizo un gesto con su mano mientras veía a Geir, haciendo que su dedo índice recorriera su cuerpo, pero cuando vio el flash proveniente de la tableta esta giro a ver a su otra hermana -Hlökk ¿Qué estas haciendo?
-es que cuando amenazas a alguien te ves muy linda hermana, seguro que con esto el tio hades me dejara subir a cerbero cada que se lo pida -Hlökk guardo su pequeña tableta ante la mirada fúrica de Bryn -si mi hermana menor pudo ¿Por qué yo no?
-después hablare con ustedes dos, pero que bueno que estas aquí Hlökk, quería hablar con ustedes, nuestro plan resulto bien, oficialmente
-El Ragnarok ha sido declarado.
Las tres Valkyrias giraron automáticamente para poder ver la puerta, en ella estaba de pie el mismo dios que antes fue el pilar principal que apoyo la propuesta de Brynhildr, el dios Rama veía a todas con una sonrisa sincera en su rostro, llevaba ambas manos tras su cabeza y ya no tenia ninguna de las joyas que antes llevaba encima, este comenzó a caminar poco a poco hasta una de las sillas la tomo y solo se sentó tratando de acomodarse de forma cómoda, escrutaba con su mirada todos los rincones de la sala y finalmente dejo salir un silbido.
-así que esta es la sala de las Valkyria, es realmente impresionante, tiene ese aire de elegancia que siempre llevan consigo todas ustedes -siempre que las Valkyria trataban con Rama era extraño, pues era de los pocos dioses que les hablaba con respeto, muchas de ellas se llevaban con el tan bien como con el resto de sus hermanos y hermanas, pero todas sabían que era un dios del cual debían tener cuidado -estoy pensando seriamente en pedirles ayuda para que me aconsejen en remodelar mi castillo, Sita se queja que nunca hago nada bueno por ella, seria una sorpresa muy buena para ella. No, no tienen por qué inclinarse, es más me gustaría que se sentaran debo hablar algo importante con ustedes.
- ¿ah que ha venido Lord Rama? -Brynhildr se sentó frente a Rama mientras mantenía un semblante precavido y con seriedad, ella era de las que menos trataba con Rama pues conocía que bajo aquella imagen de serenidad se encontraba alguien sumamente violento -aunque me gustaría preguntarle algo más importante ¿Por qué apoyo el Ragnarok? Los dioses estaban dispuestos a negar ese derecho.
-simple curiosidad pequeña Brynhildr -golpeteaba sus dedos encima de la mesa provocando una ligera tonada rítmica -la vida de un dios es muy aburrida, todos los días es lo mismo una y otra vez, sin importar cuanto pase, uno puede llegar a aburrirse, ya ni siquiera existen las conspiraciones y propuestas de guerra de antaño, sabes; disfrutaba mucho esa época.
Ahí estaba, la parte de esa personalidad que tan fácil provocaba que las defensas de Brynhildr se alzaran, muchas veces parecía odiar a los dioses como si fuesen las peores basuras y otras los trataba con respeto absoluto. Rama era un dios caótico, no nació como un dios, originalmente fue un avatar del dios Vishnu, pero a diferencia del resto de avatares que entregaba el poder a cambio del puesto de deidad, Rama fue escogido por el dios para ser el eterno portador del poder de este, el nunca había sido bien visto por los dioses de otras mitologías mas que nada por la cantidad absurda de poder que ahora ostentaba, no era el único dios que ascendió a los cielos de esta forma pero seguramente era el más repudiado.
- ¿entonces solo apoyo porque lo viste interesante?
-por supuesto pequeña Geir, quiero verlo en primera fila, ahora es mi turno de preguntarte algo Brynhildr-la mirada de Rama cambio ligeramente volviéndose afilada e inquisitiva - ¿Dónde están tus Einherjar?
Un nudo en la garganta de Brynhildr se formó, como sabia de los Einherjar, era imposible que los dioses supieran de ellos, habían mantenido en secreto absoluto aquello, los Einherjar eran los humanos más sobresalientes que habían muerto hace años, fueron convocados desde su muerte al salón del Valhala para servir a este momento, estuvieron entrenando y mejorándose a si mismos, los dioses no debían estar enterados de esto.
Mientras Brynhildr trataba de recuperarse de su sobresalto vio como Rama reía, solo para después levantarse y hacer una seña con la mano, se estaba despidiendo, ella quería preguntarle como se había enterado, pero no salían las palabras, entonces llego un mensaje a su pequeña tableta, una lista se materializo frente a sus ojos, en ella habían en total 13 nombres, era la lista de los dioses que participarían en la contienda pero la Valkyria palideció mientras veía el ultimo nombre que aparecía en la lista, cuando dejo caer su tableta Geir pudo verla, abriendo sus ojos totalmente.
Dioses: Erlang Shen, Shamash, Moodi, Horus, Quetzalcóatl, Amitabha, Yahata no Kami, Angra Maynu, Oshosi, Zeus, Lugh, Azdahak, Rama
-pero… ¿acaso no dijo que solo quería observar?
-te lo dije pequeña, quiero verlo desde la primera fila ¿acaso hay un mejor sitio para ver un combate que estando en él? Suerte en esto Brynhildr, no lo olvides, la humanidad depende de ti -Rama había girado su cabeza un poco para ver a los ojos a la Valkyria, en el rostro del dios se formó una mirada de malicia y hasta cierto punto de diversión, Rama continúo caminando hasta dejar solas a aquellas tres mujeres en la habitación -esto será muy divertido.
No podían creerlo, aquella lista era hasta cierto punto aterradora, los dioses mas fuertes se encontraban ahí, cada mitología había escogido a su representante, pero jamás espero que Rama participara, ya con el solo hecho de que estuviera el combatiendo la situación seria un tanto adversa, el tacto de su hermana la saco de su trance Hlökk tenia una sonrisa en su rostro, una gentileza que le devolvió la confianza ¿en que estaba pensando? Ella no podía permitirse dudar, todos se estuvieron preparando para eso, todos estaban dispuestos a luchar hasta más allá de la muerte.
El silencio en aquella sala se rompió cuando trece siluetas aparecieron tras la puerta y caminaron hasta quedar frente a la Valkyria, todos eran distintos, pero en sus rostros había algo de lo que muy pocos podían alardear o contradecir, determinación, todos y cada uno llevaban rostros serios, fueron convocados junto a las Valkyria, pues el momento ya estaba ahí, todos se arrodillaron frente a Brynhildr para después mostrar sus rostros.
-los Einherjar nos presentamos a la batalla ¡nosotros haremos que los dioses teman a la humanidad!
Todos hablaron al unisonó, pero quien estaba frente a todos era un hombre alto de cabello blanquecino y que en su cuerpo tenia gravados numerosos tatuajes con forma de líneas, llevaba en su espalda una gran espada a dos manos con un dragón grabado en la empuñadura, todos vieron como Brynhildr les hacia un gesto para levantarse.
-les agradezco a todos por ayudarme a esto, después de todo saben lo que esta en juego y no es un riesgo bajo, muchas gracias por ser las espadas de la humanidad, ahora debemos preparar el primer combate.
De las trece siluetas dio un paso un hombre de casi 40 años, su cabello era ligeramente gris, pues la edad ya había hecho mella en este, una frondosa barba y un bigote marcado hacían ver su cara mucho mas rígida y amenazante, llevaba una gabardina color verde oscuro sobre una ropa realmente elegante, chaleco color caqui sobre una camisa blanca prístina una bufanda color rojo completaba su vestir al igual que sus brillantes zapatos negros, llevaba unos lentes con un marco ligeramente ovalado, sus manos estaban cubiertas por unos guantes de piel con adornos metálicos, hablo con una voz gentil aunque con el peso de los años en ella.
-yo iré primero -hablo mientras se acercaba a la mujer de vestido negro -después de todo, mi compañera esta ya aquí.
-abuelo ¿entonces nosotros iremos primero? -dijo la chica con emoción mientras rápidamente se acercaba a abrazar a aquel hombre mayor.
-por supuesto mi pequeña dama, que más podría pedir que seas tu quien me acompañe en esta lucha, pero Brynhildr aún debe decidir.
Todos los presentes estaban callados, no sabían quien seria el primer dios en luchar, sin embargo, Brynhildr suponía quien seria el candidato, los dioses eran orgullosos, el debía demostrar a su poder frente a todos, puesto que fue insultado frente a sus iguales, la respuesta de Brynhildr fue escuchada y todos los presentes aceptaron.
La arena era gigantesca, ningún estadio construido en el mundo de los humanos podía compararse a aquella estructura, pero lo que más resaltaba era que no era común en lo mas mínimo, pues el espacio dentro de aquella arena era extraño, por fuera podría verse sus limitaciones pero dentro era distinto, pues las leyes de la física no se aplicaban a la construcción divina mencionada, ya que era capaz de albergar a toda la humanidad en ella, todas las grandes personalidades humanas estaban presentes e incluso quienes habían sido unos don nadie tenían permitido estar presentes, el sentimiento que los mortales podían notar sobre ellos era solamente de desprecio, pues frente a ellos estaban los dioses, quienes los habían creado hace millones de años y que ahora querían destruirlos, pero no podían hacerlo aún, pues ante ellos se oponían trece humanos, los que eran la epitome de la humanidad, por eso y a pesar de sentirse muy incomodos muchos humanos gritaban insultos hacia los dioses y clamaban oraciones para rogar por la victoria de las Valkyria, una tremenda ironía ya que quienes durante toda su existencia habían sido objeto de la adoración de esas plegarias estaban frente a ellos, fue por eso que incluso algunos reprendían a quienes rezaban.
Las luces de la arena se apagaron y después se encendieron enfocando el centro de esta, ahí había un ser de baja estatura, por su apariencia parecía mas una maquina que algo vivo, sin embargo, en sus manos tenia un gigantesco cuerno dorado con muchas piedras preciosas en él, este lo acerco a sus labios para después hacerlo sonar con furia: ¡AUUUUUUUUU! El sonido de aquel cuerno hizo retumbar los cielos y la tierra, todos los presentes sintieron vibrar sus cuerpos, no aquella vibración penetro mas haya de lo físico, alcanzando las almas de todos los presentes.
- ¡Finalmente! ¡el cuerno del final ha sonado! Durante toda una eternidad este momento ha sido esperado por mi persona, que los cielos sean testigos de que yo Heimdall ¡he dado inicio a la batalla definitiva! -la voz del dios no flaqueaba en lo más mínimo sin importar cuanto gritaba e incluso aumentaba cada vez mas el tono de su voz - ¡trece dioses contra trece humanos! ¡QUE INICIE EL RAGNAROK!
Todos los presentes fueron contagiados por las palabras de Heimdall, emocionados ante la situaci��n, tanto un lado como el otro esperaba ver a sus representantes. Brynhildr y Geir se mantenían de pie en uno de los muchos palcos de la arena, a la distancia podían ver todos los palcos de los dioses mayores de cada mitología y aún más resaltes eran los asientos de los trece dioses que lucharían en el Ragnarok, sin embargo ninguno estaba ocupado todos los dioses que lucharían estaban sentados en los sitios de sus respectivas mitologías, la mirada de la Valkyria escruto toda la arena buscando a uno en especifico y en efecto, no estaba, el seria le primero en luchar.
-hermana ¿crees que fue lo correcto?
-por supuesto Geir, es momento que los dioses vean el poder de la humanidad y que mejor que el humano que ha causado la mayor destrucción a lo largo de la historia, ahora él quiere darles esperanza a los humanos.
- ¡representando a la humanidad! Aquel que les dio el poder de hacer retumbar los cielos y la tierra, el hombre que creo una de las armas mas aterradoras de todas, el legado de sangre y destrucción que este hombre dejo hizo que su nombre fuera recordado con odio por muchos, pero fue su muerte lo que marco un nuevo comienzo para su nombre ¡EL MERCADER DE LA MUERTE! -Mientras Heimdall gritaba entro a la arena el mismo hombre a quien las Valkyria llamaban abuelo, en su mirada no podía encontrarse miedo, ni odio, solamente podía verse la mirada de un hombre enfrentando a su destino - ¡EL ES EL GRAN! ¡ALFRED NOBEEEEEL!
Toda la humanidad clamo el nombre de Nobel mientras este avanzaba hasta el centro de la arena, pero no faltaron las miradas inquisitivas de los hombres que conocían el lado oscuro de Alfred Nobel, las muertes que el llevaba sobre sus hombros eran incontables, pero ahora ahí estaba, a punto de luchar por el futuro se los seres humanos.
-ahora… ¡Representando a los dioses! Y sustituyendo al fallecido dios Dragon Azdahak
- ¡¿espera que?! -aquellas palabras hicieron que los ojos de Brynhildr casi salieran de sus cuencas, como era posible habían matado a un dios para sustituirlo con otro en el combate, no podía creer que hubieran hecho eso, volvió a tratar de buscar a todos los dioses mayores, no faltaba ninguno, ¡ahí! Uno de los asientos para los dioses mayores de una mitología estaba vacío, vio el rostro de sonriente de Zeus, lo que hizo que las manos de esta comenzaran a temblar por instinto, el rostro de aquel dios solo podía expresar una palabra: sorpresa - ¡bastardo infeliz!
- ¿Qué está pasando hermana? -Geir no podía vislumbrar la verdad a la que había llegado Brynhildr, pero Heimdall hablo una vez mas y su mirada se dirigió a él.
- ¡El dios que rige sobre las furiosas mareas! aquel que es considerado el segundo mas fuerte de los griegos, ante ustedes ¡el dios que ha asesinado a más dioses que ningún otro! -las puertas se abrieron - ¡El Dios de los Mares! ¡POSEIDON!
Luego de que aquellas puertas se abrieran, de estas surgió un dios de cabellos negros brillantes eran rizados y alcanzaban a cubrir los oídos de aquel dios, su ropa era extraña, llevaba algo similar a una malla de color azul en la parte superior, prestando atención podía verse que estaba formada por pequeñas escamas superpuestas una a la otra, su parte inferior estaba cubierta por algo similar a una armadura de escamas pero mas notorias, la gran mayoría era de blanco con algunas de color azul para formar un patrón en estas, una tela de color blanco con bordes dorados cubría su parte inferior, en su mano derecha llevaba un tridente, era totalmente de color blanco tenia labrado en su superficie la imagen de muchas criaturas marinas, las tres puntas tenían un filo tan deslumbrante que resplandecía con el mínimo movimiento, en su rostro no podía leerse el más mínimo sentimiento, algunos podrían decir que en esa mirada residía la superioridad y el orgullo, pero solo serían falsedades.
- ¡QUE COMIENCE LA PRIMERA RONDA!
En el momento en que Heimdall grito, el dios del mar se movió tan rápido que desapareció de la vista de la gran mayoría, avanzo de forma recta hacia su oponente, acabaría de un solo golpe a su rival, ese era el único pensamiento que pasaba por su mente, su velocidad superaba fácilmente la del avión más rápido que cualquier humano pudiera haber visto en su vida, pero aun así su oponente reacciono sin el menor problema, no esquivo ni mucho menos trato de defenderse, sino que movió rápidamente su mano derecha hacia el frente mientras hacia esto una gigantesca explosión en arco se produjo, era como si todo el espacio de frente estuviera estallando en aquel preciso instante, dios estaba demasiado cerca, pero una explosión no lo den tendría, la atravesaría junto con el cuerpo de aquel hombre, pero su suposición fue errada, pues en el momento en que este hizo contacto con la onda de choque producida por aquella explosión este salió despedido con furia en dirección contraria a Nobel, la multitud grito mientras veían como la defensa natural que se suponía el cuerpo de aquel dios tenía era fácilmente superada, Poseid��n sintió como su cuerpo chocaba contra el oricalco que formaba la arena, frente a el estaba el humano viéndolo de forma desafiante.
-lo siento Dios del mar, pero no puedo perder, este es el momento en que cambiare mi vida y mi legado, hoy será el día en que el Mercader de la Muerte le otorgue a la humanidad esperanza para el futuro -Nobel coloco sus manos a sus lados mientras parecía tratar de abarcar algo, el dios frente a el solamente rio ante su declaración, se puso de pie y sostuvo su tridente con ambas manos.
-interesante, un humano me hizo mas daño de lo que otros dioses han logrado -una sonrisa apareció en su rostro mientras veía a aquel hombre parado férreamente ante el - ¡entonces tu redención se encuentra detrás de esta gigantesca tempestad que se alza ante ti!
Brynhildr miraba el combate atentamente mientras en su tableta aparecía una vez mas la imagen de una lista, pero ahora tenia en total 26 nombres apilados en dos columnas, esta solamente la mostro a Geir mientras con decisión miraba hacia el frente, sin perder un detalle del combate.
-la lucha final ha comenzado Geir.
LISTA DE COMBATIENTES DEL RAGNAROK
Dioses
Erlang Shen
Shamash
Moodi
Horus
Quetzalcóatl
Amitabha,
Yahata no Kami
Angra Maynu
Oshosi
Zeus
Lugh
Poseidón
Rama
Humanos
Iván El Terrible
Li Shuwen
Heracles
Charles Henri Sansón
Romulus
Ono Jiroemon Tadaaki
Sigurd
Casius Casto Longinus
William Tell
Alfred Nobel
Indrajit
Tzilacatzin
Minamoto no Yorimitsu
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