—¿Qué haces aquí? —preguntó el Rey Lich. Sin embargo, su voz parecía usar una magia misteriosa que le permitía hablar sin siquiera abrir los labios.
Su voz podía ser claramente escuchada por la Diosa de la Naturaleza y los otros Generales No Muertos, pero no por Avilia y la hermana de Gabriel.
—He venido para encontrarme con él —respondió la Diosa de la Naturaleza. Ella no estaba aquí para luchar. Y aun si luchara, no pensaba que ganaría, con la condición actual de este mundo. Sin embargo, había algo que realmente le despertaba curiosidad.
Los Generales No Muertos le bloqueaban el paso. Sin embargo, ¿por qué razón? Esa era la pregunta en su mente. Después de todo, Karyk no estaba aquí. Entonces, ¿a quién estaban tratando de proteger de ella?
Al final, solo podía pensar en una persona... La mujer que Avilia ocultaba detrás de ella.
Ya había sentido algo del aura de Karyk en Zena y todos intentaban protegerla.