—De hecho, solo pasó que escuché toda esta historia —Kobe recordó la escena de aquel día, hablando despacio—. Esa noche, Lucius invitó a una persona llamada Nala al bar para tomar unos tragos, y yo fui también. Escuché que ese tipo anda metido en la Ciudad Fantasma, estaba aquí esta vez para cobrar algunas deudas de paso. En algún momento, me dolió el estómago y fui al baño.
…
—Lucius, me duele el estómago, necesito ir al baño —gritó Kobe, agarrándose el estómago.
—Ve, ve, asegúrate de limpiarte el culo antes de que vuelvas —Lucius estaba tan inmerso que no prestó mucha atención a Kobe, lo despidió con la mano y continuó bebiendo con Nala.
Después de que Kobe se fue, se dio cuenta de que no tenía sus cigarrillos consigo. Estaba a punto de volver para recogerlos, pero escuchó que Lucius y Nala hablaban de algo, bajando la voz a un murmullo embriagador. Movido por la curiosidad, se apoyó en la puerta para escuchar a escondidas.