—¿Confesión? —En el momento en que Amanda escuchó las palabras de Kayson, sus ojos se abrieron como campanas de vaca, un contraste marcado con su habitual compostura.
Kayson miró a Amanda de reojo, comentando con despreocupación:
—¿Realmente necesitas alterarte tanto?
—¿Qué piensas tú? —Amanda rodó los ojos. Casi deseaba poder ver dentro de la mente de Kayson, saber qué estaba sucediendo allí todo el tiempo. A sabiendas de que Jaak era el novio del señor Flack, lo está incitando a que confiese.
Imaginándose confesando sus sentimientos a Basil Jaak, Amanda sentía ganas de hundirse en el suelo: era totalmente vergonzoso.
Ver a Amanda aún más avergonzada solo aumentaba la diversión de Kayson. Se rió entre dientes:
—Alguien está obteniendo la oportunidad de confesarse a su hombre ideal, ¿no es emocionante? Pero no necesitas agradecerme, ¿qué somos la una para la otra? ¡Es altruismo puro y duro!