Bab 43: Engaño V
Actualmente me encontraba sentado en una silla, y frente a mí se encontraba la niña elfo sentada en su cama. Había un silencio incómodo entre nosotros; era obvio que ella aún estaba nerviosa. Para su mala suerte, yo sabía lo que ella pensaba; después de todo, estaba escuchando cada pensamiento que ella tenía sobre mí. Utilizar la característica 'lectura de mente' era riesgoso para mí. Lo que sabía de esa característica era que mi cuerpo y mi alma quedaban desprotegidos por cierto intervalo de tiempo. No importaba lo poderoso que fuera; si me atacaban en ese momento preciso, me matarían fácilmente, sin lugar a dudas. Yo era poderoso, pero usar esa característica me debilitaba drásticamente. Me atreví a utilizar la característica en este caso solo porque no había nadie cerca que representara un peligro para mí; el guardia que estaba en la puerta se había ido hace algún tiempo para informar al rey.
Leerle la mente a la niña era divertido. Ella me había invitado a pasar a su habitación, y aquí estábamos, el uno frente al otro. Pensé que se había llenado de valor para entablar una conversación conmigo, pero su valentía se vino abajo. Ya llevábamos más de cinco minutos en silencio, mirándonos. De vez en cuando apartaba la mirada; la niña no era capaz de mantener contacto visual con mis ojos. Esto resultaba divertido a su manera; no era que me gustara molestarla, pero me resultaban graciosos los pensamientos que tenía. La niña tenía un dilema sobre cómo hablarme; pensó en hablarme como una princesa arrogante, pero otra parte de ella quería hablarme y entablar una amistad conmigo. Ya sabía lo que la niña quería de mí: estaba buscando un amigo. Después de todo, al ser una princesa y al ser una posible heredera del trono de este reino, la sobreprotegían. Según la información que había reunido leyendo los pensamientos de las diferentes personas que transitaban por la mansión, la niña elfo no tenía amigos; las únicas personas con las que se relacionaba eran su tía, su abuelo, su padre, su madre y el elemental. La niña se moría de ganas de poder hacer un amigo; por desgracia, ella no podía tener amigos de otras casas de nobles, y la razón de esto se debía a que intentarían aprovecharse. Ser una de las hijas del rey no era fácil; desde muy pequeña a la niña la habían instruido para que tuviera cuidado con quien se relacionaba. Para ella era agobiante, pero ella seguía las reglas que su familia le había impuesto. Era obvio que ella quería mucho a su familia, aunque eso significase no ser feliz. Uno de los pensamientos de la niña elfo me llamó la atención; estaba pensando en pedirme que fuera su amigo. La característica de 'lectura de mente' me dejaba escuchar la voz exacta de la persona; era como si me estuvieran hablando, solo que directamente a mi cabeza.
Después de enterarme de la situación de la niña, empecé a entender por qué su madre y su padre la mimaban tanto; ellos no querían que ella se sintiera sola. Cualquier niño se sentiría solo si pasara por lo que ella estaba pasando. Según la información que logré encontrar, habían habido otros intentos de secuestro y asesinato dirigidos a la niña, pero habían sido frustrados por la guardia real del rey. Sin lugar a dudas, era muy preocupante que demasiada gente estuviera detrás de la niña. En lo personal, a mí no me gustaba para nada esa situación. Si alguien me pusiera a las personas que perseguían a la niña elfo enfrente de mí, los haría pedazos a todos; me encargaría de aniquilar incluso sus almas, con mis poderes actuales eso era posible, pero me estaba quedando sin tiempo. Había desperdiciado demasiado tiempo y tenía otras cosas que hacer. Quedarme mucho tiempo en este reino también resultaría peligroso para mí; después de todo, si me quedara mucho tiempo en este reino, los enemigos de los elfos pasarían a ser mis enemigos, y estaba más que claro que no quería tener un enfrentamiento con un ser de la categoría de Gardolak. Esa cosa ni siquiera tenía raza; era un individuo único; no había otro igual como él, y lo peor de todo es que había incluso una criatura capaz de matar a Gardolak. Debía tener mucho cuidado. Desde mi llegada a este nuevo mundo, solo me he encontrado con muchos problemas; pareciese que el mundo no quisiera que yo estuviera vivo; es como si rechazara mi existencia. Individuo poderoso tras individuo poderoso no paraban de aparecer; situación peligrosa tras situación peligrosa. Gracias a mi poder aún estaba vivo, pero una cosa sabía, y era que si yo era derrotado, nadie vendría a salvarme; esa era mi preocupación; nadie estaría dispuesto a salvarme en este mundo; no tenía a nadie en quien confiar; solo me tenía a mí mismo y a mi poder.
Si alguien me preguntase qué me parece este nuevo mundo, diría que es una mierda; su gente me repugna, en especial los humanos. Sabía que mi raza era humana, pero eso no evitó que sintiera repugnancia; siempre me había repugnado cierto tipo de personas: los malvados. Cada vez que veo a uno de ellos me entran ganas de matarlos. En mi vida pasada me dediqué a joderlos; en mi vida pasada abundaban las malas personas. Debo admitir que estoy mal de la cabeza; me encantó matar a los malvados; siempre estuve reprimiendo esa parte de mí; después de todo, no quería hacer que el esfuerzo de las personas que me amaban se desperdiciara. Es obvio que una sola persona no puede luchar contra la injusticia del mundo; está más que claro que morirías si lo haces. Por eso, en mi anterior mundo solo me dediqué a joder a ciertos tipos de malvados; no me atreví a meterme con los narcotraficantes; digo, estaría cavando mi propia tumba, pero no era la misma historia con los ladrones, personas que estaban dispuestas a quitarle la vida a otras personas solo para quitarles un objeto valioso. Cada vez que se me presentaba la oportunidad de detener a cierta persona, lo hacía; no desperdiciaba tal oportunidad; la euforia me invadía cada vez que un malvado caía o sufría. La policía, que se suponía que debía proteger a las personas, no lo hacían; solo se dedicaban a robar a las personas. A ese tipo de gente era divertido exponerlos y hacer que su familia lo odiara. La mayoría de mi vida pasada traté de mantenerme a raya; traté de no cruzar la línea, pero eso solo se debía a que no quería desperdiciar el esfuerzo que mi familia había puesto en mí. Se podría decir que una parte de mí, la parte ejemplar y justa, quería pagarle de buena forma a ellos, pero mi parte malvada exigía con locura y demencia que castigara a los malvados. Nunca me atreví a asesinar a nadie, pero sí me encargué de meterles el pie para que cayeran al suelo. No me consideraba una buena persona, pero tampoco me consideraba una mala persona. Incluso ahora, en este nuevo mundo, no estoy dispuesto a cambiar; seguiré haciendo lo que hacía. Ya experimenté la muerte una vez y no tengo miedo de experimentarla nuevamente; si debo morir, arrastraré a tantas personas malvadas como pueda conmigo.
Llegar a este mundo fue una completa sorpresa para mí; no sé si fue un error; la realidad es que no me importa; sea lo que sea que haya pasado, solo estoy seguro de una cosa: solo me regiré por mis reglas; no usaré las reglas de este mundo; está más que claro que si usas las reglas del mundo morirás. Una de las razones de mi muerte en mi anterior mundo se debía a que no portaba un arma de fuego; para los ciudadanos de bien, las armas de fuego no estaban permitidas, pero como cosa curiosa, los malvados tenían acceso a ellas. En lo personal, considero que las armas de fuego son para cobardes; prefiero arreglar mis problemas a mano limpia.
En lo personal, considero que todas las personas que matan son malvadas, y yo no estoy fuera de la ecuación. Desde aquel día en que asesiné aquellas personas, me volví malvado; sabía lo que hacía y no pediré perdón por ello. Si existe un infierno, pagaré en el infierno. Tal vez un asesino como yo no pueda impartir justicia; ni siquiera debería estar hablando de justicia; esa palabra solo debería ser usada por cierto tipo de personas. En cuanto a mí, no usaré tal palabra; en su lugar, pagaré ojo por ojo, diente por diente, mal contra mal. Mi convicción aumentaba con cada segundo que miraba a la niña elfo; solo ver a esa criatura tierna me calentaba el corazón, y al mismo tiempo un pensamiento irracional y oscuro nacía en mi interior: el deseo de matar, de destrozar, de aniquilar a las personas que iban detrás de la niña. En mi cabeza ya se había formulado un plan para matar a esos sujetos; no estaba completamente seguro de salir vivo de una batalla contra esa gente; después de todo, a las criaturas a las que me tendría que enfrentar no eran humanas; eran cosas que por lo general no podrían ser derrotadas por humanos; cosas que incluso en este mundo eran consideradas solo cuentos, pero eso no importaba, ya que estaba dispuesto a emplear todo mi poder a fondo. Esas criaturas, aunque si bien pertenecían a otra raza, no parecían ser tan distintas de los humanos; sus modos de operar eran idénticos.
Si algo sabía yo era que para llevarse la vida de la niña elfo tendrían que emplear todo lo que tenían, ya que cuando vinieran a buscarla yo me encargaría de utilizar las autoridades que tenía en mi poder; no solo emplearía el poder que le robé a Gardolak; incluso utilizaría armas. Con respecto a las dos ratas que se habían colado, los tenía plenamente identificados y vigilados; esos idiotas creían que no sabía de su existencia; lástima que me encargaría de matarlos lenta y dolorosamente; me quedaría con todas sus habilidades. Había hecho muchos planes en mi cabeza; demasiados planes; esos dos tontos no sabían lo que les esperaba. Y con respecto a la niña elfo, tenía un regalo para ella, aunque aún lo estaba preparando; sería un seguro que le ayudaría a proteger su vida. Me molestaría mucho que la niña fuera asesinada después de todo el trabajo que me costó mantenerla a salvo; y si por casualidad alguien lograra asesinarla, no me quedaría de otra más que buscarlo y matarlo junto a todos sus compañeros; después de todo, soy una persona un poco vengativa y no me gusta que se metan con los niños pequeños. El regalo que le daría no sería cualquier cosa, aunque sería un prototipo, ya que dudaba de que me alcanzará el tiempo para crear algo perfecto.
Status Power Mingguan
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