Panther dejó salir un rugido bajo al lobo, el animal se sentía amenazado, mostraba los dientes y la saliva caía de su hocico con el pelaje erizado, y en posición de ataque, avanzaba hacia él, dejando salir gruñidos.
Volvió a himplar en respuesta y no retrocedió, el animal seguramente creía que su territorio estaba siendo amenazado, pero era su deber mostrarle al animal que el bosque no le pertenecía. No sería el único viviendo ahí. Las nuevas especies habían decidido conservar a algunos animales que los humanos consideraban salvajes o peligrosos, así evitaban los sacrificios innecesarios, no se tomaba la vida de un animal sin darle una oportunidad, eso le había dicho Valiant, y Panther lo aceptaba.
Justice y Fury lideraban el Homeland, mientras Valiant y Leo lideraban la zona salvaje, establecían las reglas de convivencia entre las especies que decidían vivir en las cabañas del bosque y autorizaban quién podía entrar a la zona.
El lobo continuó dejando salir gruñidos y parecía querer lanzarse contra él, rugió en advertencia, entonces el animal corrió hacia Panther enseñando los colmillos.
Panther no quería dañarlo, pero cuando el animal estaba por capturar su brazo y morderlo, lo golpeó con el puño haciendo que cayera al suelo gimoteando.
Se dejó caer sobre su rodilla para revisar sus ojos, desenfocados, pero había terminado de gimotear, el dolor comenzaba a pasar, acarició su pelaje café con arrepentimiento.
—Estará bien.
Poniéndose de pie, observó a la compañera de Valiant, Tammy le sonrió y después fijó su mirada en el lobo.
—No te acerques —advirtió, ella se quedó quieta.
—Yo solo estaba buscando a Valiant —murmuró, ella era pequeña, una humana.
Panther no la sentía como amenaza, aunque era humana, no le recordaba a los técnicos crueles de Mercile, porque ella siempre era muy amable, «huele bien y es muy bonita». Tammy no lo contemplaba fijamente por sus rasgos animales, no lo miraba mal, ni con miedo, Valiant era realmente afortunado al conseguir una mujer tan buena.
«A veces lo envidio».
—Lo siento si te molesté, Panther —dijo Tammy comenzando a retroceder.
—No lo hiciste, quédate quieta, sabes que hay algunos tigres y leones libres esta mañana, no debiste salir de la cabaña.
—Lo sé, pero Valiant ha tardado mucho, estoy preocupada.
Panther miró al lobo, comenzaba a ponerse de pie.
—Te ayudaré a buscarlo.
Tammy sonrió, ella solo sonreía y sonreía. Tras asegurarse de que el animal estaba bien, comenzaron a caminar.
—¿Tú no quieres una compañera? —le preguntó repentinamente la mujer.
Panther frunció el ceño.
—¿Te estas burlando de mí? —Jamás creyó que ella sería grosera.
—¿Qué?, no, no, solo que siempre estás solo y nunca pareces querer hablar con nadie —dijo rápidamente.
Relajó su expresión.
—La mayoría de las hembras no me encuentran atractivo, y las humanas me temen y son demasiado frágiles para recibirme.
Tammy se sonrojó.
—Sabes que las nuevas especies si pueden aparearse con humanas, y no creo que todas las hembras te rechacen.
—Ella solo me permiten montarlas cuando están en celo, y no me gusta. —Las hembras eran demasiado agresivas y rudas, les gustaba luchar por la dominación.
—Oh —murmuró Tammy mirándolo fijamente, ella aclaró su garganta—. Quizás algún... algún compañero... hombre... —susurró mirando el suelo.
Panther se detuvo en seco.
—Los machos no se aparean con otros machos. —Sabía que algunos hombres decidían acoplarse a otros, también mujeres, pero Panther no podía imaginarse a lado de otro macho humano o especie.
—Yo lo siento, solo dijiste que no te gustaba y creí entonces que quizás...
—¡Tammy! —Valiant apareció con una expresión de profunda preocupación. Al verlos, corrió hasta interponerse entre ambos, colocó a Tammy tras su espalda y enfrentó a Panther—. Aléjate, es mía —gruñó el macho.
Panther se alejó despacio del otro macho.
—Yo no la quiero, la ayudaba a buscarte.
Valiant lo contempló durante varios segundos hasta relajar su postura.
—Dios, Valiant, Panther solo se ofreció a buscarte, no me dijiste que había leones —refunfuñó ella, saliendo detrás de su espalda.
—Están del otro lado del bosque, no hay de qué preocuparse —dijo tomando la mano de ella.
Panther dio media vuelta para alejarse, Tammy miraba a su compañero con adoración y Valiant correspondía, estaba seguro de que nadie jamás lo miraría de esa manera.
Pudo escuchar como ella regañaba a su compañero por haber sido grosero. Negó con la cabeza, «el comportamiento humano es a veces extraño», era normal que el macho hubiera reaccionado de esa manera si sintió su emparejamiento amenazado.
Salió hacia la zona donde estaba su cabaña, era la más alejada, cada una era de dos pisos, las cabañas estaban muy alejadas una de la otra, cada uno de los machos vivía por separado y sin molestar a nadie, la única mujer en ese lado de la reserva era Tammy.
Panther entró en la cabaña, él quería una compañera para cuidar y proteger, pero las humanas le temían y las hembras de su especie no lo querían.
A veces también deseaba encontrar a alguien solo para él.
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Carino bajó la mirada un poco cuando Justice se acercó a la silla donde estaba sentado. Él tenía el cabello rubio y ojos felinos casi negros, sus rasgos eran mucho más humanos, era como Carino.
Breeze permaneció con los brazos cruzados junto a la puerta.
—¿Qué necesitas? —le preguntó en voz baja, arrodillándose frente a Carino.
—¿Yo... soy defectuoso? —Carino se estremeció cuando Breeze golpeó la pared de la oficina.
—¿Quién te dijo eso? Tú no deberías prestarle atención a ese tipo de estupideces —gruñó ella, acercándose.
—Es que, yo no soy como los otros machos... —murmuró, sintiéndose confuso.
Justice y Breeze no respondieron.
—No eres defectuoso, Carino, solo diferente... —dijo Justice.
—Si alguien te dice algo, solo dímelo y lo golpearé—gruño Breeze.
La puerta se abrió y la compañera de Justice entró, su cabello era rojo y largo, ella había sido quien le había dado su nombre el día que lo rescataron. Jessie había dicho que nunca más sería 93, ella le había dicho que Carino significaba lindo en algún idioma.
Como todas las humanas, era pequeña, pero Carino era más alto que ella.
—¿Qué pasa? —preguntó Jessie mirándolos con confusión
—Carino piensa que es defectuoso —Breeze parecía enojada al tener que repetirlo.
—Oh, cariño. —Jessie caminó hasta Carino, Justice se puso de pie cediendo su lugar a Jessie, quien tomó su rostro en ambas manos—. Tú no eres defectuoso.
—Pero ninguna hembra querrá estar conmigo, porque soy débil.
Todos permanecieron en silencio.
—Carino, tú comprendes... ¿qué es un hombre regalo? —preguntó Jessie.
Asintió.
—Un poco.
—Hasta ahora solo creíamos que existían mujeres regalo, ellas... las has visto, son diferente a las otras, son pequeñas y su ADN es primate, todas fueron creadas para que pudieran ser fácilmente controladas por los humanos, su único propósito era ser mascotas sexuales... —Jessie lo miró a los ojos—. Tú al ser un chico regalo, también fuiste creado con los mismos propósitos... por eso no eres tan grande como los otros hombres.
—Zandy dijo que mi amo era un pervertido por querer estar con un hombre, pero que eso no siempre era malo, que había hombres humanos que se juntaban con otros hombres. —Carino vio como Jessie entristecía.
—Sí, ¿te sientes atraído por alguna de las hembras que has visto? —cuestionó Justice.
—No. —Todas las hembras son muy hermosas, pero no las veía así.
—¿Por algún macho? —dijo Breeze curiosa.
—No —repitió, confundido.
—Ya veo, es probable que la mayoría de nuestras hembras sean más altas y parezcan más fuertes que tú, pero eso no significa que ninguna no pueda sentirse atraída por ti —contestó Justice.
Jessie liberó su rostro.
—No debes preocuparte por eso, concéntrate en sanar.
—Yo no estoy herido.
—No todas las heridas son externas —dijo Jessie, tocando suavemente su cabello.
Asintió, aunque no lo comprendía del todo.
—A las otras mujeres regalo las cuidamos mucho, ellas aún tienen mucho que superar y casi nunca salen de la residencia, pero creo te serviría hablar con una de ellas —comentó Justice
—Quizás Bella, ella ahora vive con su compañero, ella superó sus miedos —sugirió Breeze.
—No, la he visto, no quiero hablar con ninguna de las mujeres regalo... yo quiero. —Carino recordó el bosque, «la zona salvaje me llamo».
—¿Qué? —Justice pidió con interés.
—Quiero ir a la zona salvaje.
Jessie lo observó con asombro, Breeze con incredulidad y Justice con preocupación.
—¿Estás loco? La zona salvaje es peligrosa, ahí solo viven los machos que tienen poco control —exclamó Breeze.
Jessie tocó su rostro con ternura.
—También hay animales salvajes; osos, lobos, leones...
Justice lo contempló durante un largo momento.
—Está bien.
—¿Qué? —exclamaron ambas mujeres, Carino lo miró sorprendido.
—Él necesita interactuar con otros machos, olvidar su... cautiverio, y aunque la zona salvaje es peligrosa, Carino sigue siendo macho, no podemos tratarlo como a las mujeres regalo o las hembras que cuidas, Breeze, si él quiere ir, me aseguraré de que viva con otro macho que le enseñe lo necesario para vivir dentro del bosque —declaró Justice, rodeando su escritorio para tomar asiento.
—Es tu decisión —dijo Jessie alejándose de Carino.
—¿Con quién piensas enviarlo? —preguntó Breeze exigente.
Carino esperó su respuesta con nerviosismo, «entraré al bosque», jamás había visitado un bosque.
—Panther —declaró Justice.
—Debes estar bromeando —soltó Breeze, mirándolo con incredulidad.
—Cariño, no creo que esa sea una buena idea. —Jessie parecía indecisa.
—Él es el más... tranquilo después de Valiant, además me preocupa, casi no interactúa con nadie, creo que la compañía le hará bien. —Justice estudió a Carino—. ¿Estás de acuerdo?
—Sí, me gustaría conocer el bosque —contestó con emoción.
—¿Estás seguro? —le preguntó Jessie con preocupación.
—Sí.
—Es una locura —exclamó Breeze, levantando las manos.
—Es lo que él quiere —puntualizó Jessie.
—Bien, prepara tu ropa, arreglaré las cosas para que partas esta tarde —le dijo Justice, sonriendo tranquilizador.
Carino dejó la silla y salió junto a Breeze de la oficina, ella lo miraba sobre su hombro con preocupación, pero al final solo suspiró y continúo avanzando.
Con una sonrisa la siguió, podría hacer que el macho con el que viviría se volviera su amigo, «será mi primer amigo», pensó sonriendo.
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