2ª. AKANE: UNA NIÑA EN EL TORNEO.
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El
autocar con los participantes al torneo llegó al recinto, ¡con una hora
de retardo!, se encontraron con una manifestación de estudiantes
universitarios que hacían huelga pidiendo más días de fiesta.
El enfado de los organizadores era enorme, ya pedirían una indemnización al gobierno y al ayuntamiento de la ciudad.
Al
entrar al recinto donde se hacía el torneo. Los dos prometidos se
quedaron parados, era una sala muy grande con un tatami en el centro y
con muchas gradas alrededor, estaba lleno de espectadores, no había un
solo asiento vacío. Ese torneo era el más famoso y prestigioso de Japón,
el vencedor tenía el asistencia ganada a varios torneos más y al
campeonato mundial. Pero también conllevaba que se hiciera famoso, y los
periodista no lo dejaran en paz y tranquilidad a los vencedores, más de
un ganador había denunciado a un paparazi molesto, o lo había mandado a
ver de cerca las nubes.
-¡Cuanta gente!- dijeron los dos chicos. Se giraron y miraron los asistentes al evento.
La gente los miraba con asombro y se reía de ellos.
-¡Mira
esos dos niños! ¡Deben ser ayudantes de alguien! ¿No querrán participar
en el torneo? No me lo creo, si apenas han salido del cascaron- fueron
parte de los comentarios que oyeron, pero hubo peores, muchos peores.
Con cada comentario los dos jóvenes se iban enfadando más y más.
-No te enfades, en el torneo le enseñaremos quienes somos. Que no somos unos principiantes.
-¡La enfadada eres tú Akane!- replicó el joven. Ranma estaba furioso y sin querer lo pagó con Akane.
La joven lo miró mal.
-¡Eres un idiota! ¿Cómo te atreves a hablarme así?
Ranma
ya estaba embalado, no se iba a detener. Sabía que no debía gritar a la
joven, que debía pedir perdón, pero su orgullo era enorme.
Akane
también estaba furiosa por eso comentarios. No debía seguir peleándose
con el joven, era la más inteligente de los dos. Pero también tenía
ganas de desahogarse en alguien, y la victima fue Ranma, el orgullo de
la joven tampoco le dejó pensar.
Ahí empezó una discusión grande y
épica, las auras de los dos jóvenes se mostraron, y asustaron a más de
uno. Los organizadores se preguntaron quienes eran esos dos monstruos,
tenían miedo de esos dos chicos. Los participantes se preguntaron que
¿Si admitían monstruos al certamen? Mientras los dos chicos lanzaban por
sus bocas su mejor repertorio de insultos, y contrainsultos, alusiones a
su aspecto físico, o al grado de inteligencia del otro. Los dos habían
rebasado el punto de no retorno.
Y cuando parecía que se iban a
pegar, buenos, que Akane le pegaría a Ranma. Ranma estaba en posición de
defensa, y Akane levantando una pesada mesa para lanzarla sobre el
chico.
-¡Calmaos chicos! Ya sé que os peleáis por mí- había
aparecido un confiado Tomoe. Que les cogió por los hombros- haced el
amor no la guerra, podremos hacerlo los tres juntos, sería un trío…
Los
dos jóvenes miraron las manos de ese pervertido en sus hombros, se
miraron y un segundo después Tomoe estaba en las gradas, los dos
prometidos lo habían lanzado hacía allí, Ranma lo golpeó, Akane lo
golpeó y Tomoe golpeado despegó en dirección a las gradas. Cayó encima
de una mujer madura, una solterona que lo cogió con fuerza, ese hombre
vería lo tigresa que era.
-Ahora te enseñaré lo que es una mujer
de verdad- dijo la solterona. Tomoe quiso huir, pero mujer lo cogió como
un pulpo a su presa.-Hoy tú y yo tendremos una noche de amor sin fin.
Tomoe
intentó huir, pero esa mujer tenía una fuerza descomunal, y lo
aprisionó durante minutos. Lo que vivió Tomoe fue el infierno en la
Tierra. Conocía a esa mujer, era…, era aquella mujer que su padre quería
que desposara. La mujer que a la habían destinado para ser su mujer.
Tomae trago saliva. Él era un alma libre y lo querían enjaular. Era
mucho mayor que él.
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Ranma y su prometida miraron la escena
con estupor. Los dos sonrieron, ese loco les caía mal. En el poco
tiempo que lo habían tratado lo habían llegado a odiar, ahora ese hombre
recibiría su castigo.
-Veo que ese pervertido ha caído en buenas manos- dijo con ironía Ranma.
-Si,
esa mujer lo tendrá entretenido – contestó Akane y miró a su prometido-
pero no sé de que te quejas.- y añadió con suficiencia- Eres tan
pervertido como él.
Ranma miró a Akane con furia, su prometida
quería jaleo, pues él también quería de ese jaleo. Se quedó un momento
quieto y se lo pensó, no le daría ese gusto a su prometida, no se
pelearía con su prometida.
-Lo siento Akane, no quiero pelear
contigo.- dijo el chico- a veces es divertido, pero hoy quiero ver a
nuestros rivales. – la miró y tragó saliva- Esto de estar siempre
peleando por tonterías es una tontería de dos niños. Si seguimos
peleando les daremos la razón a quienes nos llaman niños. Si te he
enfadado lo siento no era mi intención- la chica lo miró sorprendida, el
chico se estaba disculpando, eso era una novedad.- creo… creo que me
movió el orgullo, mi estúpido orgullo- meneó la cabeza negando- no sé si
me expreso bien. Si digo lo que quiero decir, o digo un motón de
tontería- miró la chica y estás asintió, el joven estaba hecho un lio-
no sé si dices que si me expreso bien o dices que digo tonterías- bajó
la cabeza-¿Por qué es tan difícil hablar contigo, siendo la persona en
que más confío? ¿Por qué no puedo hablarte de lo que siento?, ¿de mis
sentimientos?- el joven bajó la cabeza con tristeza.
Akane lo miró
sorprendida. Ranma le había abierto un poco su corazón, un poco, sólo
un poco. Pero lo bastante para saber que el chico sentía algo por ella.
También le había pedido perdón por enfadarla, sabía que debía
contestarle, pero no sabía que decirle.
-¡Ranma! Yo, yo también
siento haberme peleado contigo, también me deje llevar por mi orgullo.
No has dicho ninguna tontería. O no más de las que digo yo. Sé que tengo
poca paciencia y a veces te pego por culpa de otras personas. Y me pasa
lo mismo que a ti, no puedo hablarte de mis sentimientos, hay algo que
me lo impide y no sé lo que es.
Los dos se miraron en el fondo
sabían que lo que les impedía hablarse con soltura era su timidez. Se
podían pelear, enfadarse, gritarse, pero no confesar sus verdaderos
sentimientos.
-Oye que tal… -empezó Ranma nervioso y tartamudeando.
-… Si cuando volvemos a Nerima…- continuó Akane igual de nerviosa y también tartamudeando.-tenemos alguna cita…
-…O más de una- acabó Ranma.
Los dos habían pensado lo mismo., se miraron se sonrojaron y cuando fueron hablar.
-¡De
eso nada! ¡No lo permitiré!- Tomoe se acercaba a los dos jóvenes, tenía
marcas en el cuerpo como si lo hubiera cogido un pulpo. Estaba llenos
marcas de besos- El que pierda de vosotros dos, será mi amante- los dos
chicos miraron a ese depravado asombrados. -Si perdéis los dos seréis
mis amantes.
Los dos chicos se miraron, otro loco que añadir a la lista. Bufaron y cuando iban a atacar..
-¡Oye¡ ¡Tú!- advirtió Ranma.
-¿Qué?-preguntó
con genio Tomoe. No consentiría que su futuro novio le plantara cara.
Tendría que empezar a enseñar a esa pareja que era él quien mandaba, que
cuando fueran sus amantes, sería él quien decidiera todo.
-Viene tu novia- dijo con cansancio Akane.
Tomoe
se giró y vio llegar a su pretendida prometida. El miedo lo dominó,
para él cada paso de esa mujer producía un terremoto y su sentencia, se
vio como marido de esa mujer, su vida sería un horror, sin poder
divertirse, encadenado.. No podía permitir que esa mujer lo cogiera y
huyó, perseguido por la mujer.
-Lo compadezco- dijo Ranma- sé lo
que siente, ser perseguido por las locas de tus presuntas pretendientes-
y tuvo un escalofrío. Claro que sabía lo que era eso, lo sufría cada
día- pero visto en otra persona me provoca un sentimiento de… ¡alivio!.
Akane
lo miró, el chico le acababa de decir que no le gustaba que lo
siguieran. Pero… ¿a ella también la incluía en ese grupo de locas?
Iba a preguntarle eso, pero empezaron a sortear los combate.
-Me
toca el tercer combate del grupo B. Estoy en el mismo grupo que el
falso Mousse. Ese idiota de Tomoe está en el grupo A. Hasta la final no
lo veré.
-Hablas como si ya estuvieras en esa final, debes ser más humilde.
Ranma la miró.
-Si
lo soy. Soy muy humilde. Aquí no hay nadie mejor que yo- dijo el chico
con prepotencia y chulería- no hay nadie que me supere- miró a Akane y
le guiñó un ojo, entonces supo que el joven bromeaba. Que estaba
intentando animarla- Nadie nos supera, llegaremos a la final.
-¡No!-
dijo con convicción la chica- Somos los mejores- y se llevó las manos a
la boca, ¿Cómo había dicho? Y con esa prepotencia, no pensaba que se le
había contagiado la actitud de su prometido hasta ese punto. Tendría
que relajarse, y dejar de pensar así. Ella era más humilde que ese
idiota que tenía por prometido.
Los dos asistieron al emparejamiento de Akane. Le tocó el grupo A. Poco después empezaron los combates de la categoría femenina.
Los
combates se sucedían sin parar, algunas luchadoras demostraban un buen
nivel, pero los dos chicos se aburrían, para ellos el nivel de los
combates era bajo.
Llegó el combate de Akane, la joven vio subir
al tatami a su rival. Vestía como una muñeca de estilo gótico, pero
vestida de color blanco. Tenía el pelo rubio.
-¡Que traje más raro
lleva!- exclamó Ranma.- Me recuerda a una muñeca de esa antiguas… como
se llaman, como visten algunas chicas…- el chico no recordaba como se
llaman a ese tipo de vestido. Pero Akane si.
-Parece una lolita gótica- dijo Akane.
-¡Pero
va vestida de blanco!- dijo Ranma. Se dio cuenta que se habían
distraído. Que no prestaban atención a la chica, sólo a su vestuario.-
Debemos dejar de hablar de tonterías. No se mueve mal, esta bien
entrenada. Debes tener cuidado y no confiarte, aunque no creo que sea
muy fuerte. Parece una pija estirada.
- ¡Por favor!- exclamó Akane en un tono de cansancio-¡Al menos confía en mi!
-¡Confío
en ti!. Pero eres demasiado buena. Kodachi o Ukyo son inferiores a ti,
pero te da miedo hacerles daños, por eso te vencen.- se quedó un rato
pensativo-a parte son un poco traidoras y actúan con malas artes. No
creo que en una batalla justa te ganasen. – ella se quedó asombrada, su
prometido parecía resentido con las otras prometidas. Notó que él la
miraba serio.- ten cuidado con tu rival, algo me dice que no será muy
noble actuando.
Akane miró a la chica con la que iba a luchar.
Tenía la suficiente experiencia en luchar para saber con que rivales
tendría una lucha sin trucos, o quienes usarían trucos sucios. Y su
próxima rival no era de fiar.
-Lo tendré.¡ Confía en mi!- contestó Akane y subió al tatami y se preparó para luchar.
La
rival de Akane miró a esta. Se sintió humillada, la diosa fortuna le
había dado la espalda, ¡tener que enfrentarse a una niña!, pensó con
fastidio y así lo expresó.
-¡Yo, una de la mejores alumnas del
maestro Himura! ¡Una diosa de la lucha! ¡Campeona de miles de torneos!
¡y enfrentarme a una niña de pañales!- lo dijo con desprecio. Con el
tono característico que usaban los niños ricos y tontos.- Papuchi me da
los mejores maestro y joyas y ropas. Yo me puedo exhibir delante de
miles de mis admiradores y ¿Qué me toca en el sorteo? Una niña de bajo
nivel, sin apenas conocimientos de los que son las artes marciales.
Akane
suspiró, delante suyo tenía a una chica que podía pasar por hermana de
los Kuno. Otra imbécil que añadir a la lista de idiotas que conocían, y
en ese torneo ya habían añadido muchos idiotas.
La rival de Akane,
esa lolita gótica vestida de blanco, seguía parloteando quejándose de
su suerte, o su falta de ella. Akane se estaba enfureciendo, cuando notó
que alguien la miraba, no era una mirada perversa, ni malintencionada.
Era una mirada que le transmitía tranquilidad, se giró vio que esa
mirada provenía de Ranma, que le decía que se calmara, que no se dejara
llevar por esa estúpida. El chico sonrió con maldad, y ella comprendió
lo que le quería transmitir con esa sonrisa.
Se giró hacía el clon
mental de Kodachi, y también sonrió con maldad, debía ser ella la que
pusiera de los nervios a esa ricachona que seguía con su discurso.
-¡Yo
si tengo mala suerte- cortó la joven de pelo azulado- ¡toda la vida
entrenándome! ¿Y como debuto? ¡Enfrentándome a una niña rica que partica
artes marciales por aburrimiento! Una chica que se aburre por que no
tiene nada más que hacer. Debe haber practicado miles de deportes,
cuando se aburre con uno pasa al otro. – Akane bufó, debía demostrar el
mismo desprecio que esa bruja tuvo con ella.-¡Que mal debut!, ¡luchar
con una aprendiz!.
La otra chica se enfureció, no estaba
acostumbrada que se riesen de ella, siempre era al revés. Era ella la
que se burlaba de los demás, y ahora llegaba esa poca cosa y se reía de
ella, le enseñaría lo que era bueno
-¡Niñata!, ¡nadie se bula de mi!. Vas a ver lo que es una luchadora de verdad.
-He
visto mejores luchadora que tú, y las he vencido. No tienes nada que
enseñarme.-dijo Akane con sorna.- no eres muy buena, se te nota en como
te mueves.
La otra luchadora estaba muy furiosa. Nadie la insultaba de esa manera y salía indemne, esa chica de clase baja se lo pagaría.
-Mirarte,
eres de clase baja. Nunca he visto un gi de tan mala calidad, más que
un kimono son unos harapos y ese dibujo. ¿Qué es? ¡Que cosa más fea!- el
dibujo era un pequeño dragón, de color azul, con las garras levantadas
en señal de ataque. Lo tenia sobre el pecho izquierdo, y mirando a la
derecha . -Me da asco combatir contigo- dijo la chica con desprecio-
intentaré liquidarte en pocos segundos. Venceré y ganaré el torneo.
Akane
miró sin inmutase a esa insoportable. Tenía poca suerte, en su camino
siempre aparecían la gente más idiota. El parlamento con esa idiota le
había servido para estudiarla, ahora sabía cuales eran sus puntos
débiles.
Y empezó el combate. La chica atacó a Akane, que la
esquivaba. Desde las gradas les llegaban los gritos de animo a su rival.
Akane notaba como Ranma la miraba, el joven estaba asustado, temía por
ella. Ahora demostraría lo que había progresado durante el
entrenamiento.
Esa chica insoportable atacaba con rabia, cada vez
más furiosa al no ver resultados de sus golpes. Durante minutos estuvo
atacando a Akane, hasta que esta se cansó y pasó al ataque. Su rival la
intentó golpear, Akane esquivó. Y como en ese ataque la chica quedó
desprotegida, Akane la golpeó repetidamente. La chica de la que
desconocían el nombre salió volando. Moviendo los brazos como si fueran
alas, tal vez pensaba si movía los brazos volaría, pero no, se estampó
en una columna y necesitó ayuda sanitaria. Fue llevada al hospital, para
castigo del personal medico que tuvo que sopórtala.
En las gradas
el padre de la rival de Akane miró se tapó la mano con la cara. Sus
hijos eran una decepción, con lo buen maestro que era Himura… y lo
inútiles que eran sus hijos, al menos esta hija0. Suspiró y pensó con
pesimismo que tal vez su otra hija, en el grupo B, o su hijo en la
modalidad masculina hicieran un buen trabajo…¡tal vez!
.
Akane bajó del tatami y se juntó con Ranma y lo miró triste.
-He ganado- dijo la chica como si hubiera perdido.
-Pero
no has disfrutado- dijo el chico, intentándola animar- creo que hasta
no te enfrentes a la falsa Shampoo no te encontrarás a una buena rival.
- Si, pero no debo fiarme. Hay alguna que parecen buenas rivales.
-Si, pero te las puedes merendar con patatas.
-No me halagues de esa forma que me convertiré en una ególatra como tú.
-No soy un ególatra- se defendió el joven- sólo digo la verdad-¡Soy el mejor!
Los dos se miraron y se rieron.
La
gente los miraba como se reían los dos. Esos dos jóvenes eran muy niños
para participar en un torneo para adultos. Serían eliminados muy pronto
y volverían a casa llorando. La gente se reía de ellos.
Los dos
seguían hablando cuando se le acercó una periodista. Pertenecía a un
canal deportivo. Los dos chicos la miraron extrañados y con
desconfianza, no les caía bien. Esa periodista hacía preguntas
indiscretas y se burlaba de los entrevistados. Los dos sabían que serían
las victimas de esa desaprensiva que sólo buscaba popularidad, aunque
fuese a costa de arruinar la vida a los demás.
-¡Aquí la
presentadora Reiko Matsumoto que entrevistará a la vencedora del combate
del combate entre "ella" y la primera representante de la familia
Kenzo- Akane arqueó una ceja. Esa periodista la había llamado "ella", no
le daba valor, esa mujer no se había aprendido el nombre, no esperaba
que progresase mucho en el torneo- Ha sido un combaste de baja calidad,
por parte suyo – dijo referenciase a Akane- la señorita Kenzo no ha
podido demostrar todo su potencial, y en un error ha sido derrotada. En
poca palabras, ella ha tenido suerte.
En esos momentos los dos
prometidos estaban hartos de esa impertinente. Su claro desprecio hacía
Akane, demostrándolo al llamarla como ella. Los dos se miraron. No
seguirían el juego de esa loca, ¡Otra loca para añadir a la larga lista
que tenían!. Y en ese torneo aparecían a cada momento. La ignorarían.
La periodista siguió charlando, y al no verse correspondida, aumentó su ataque.
-Creo
que unos niños como vosotros no tenían que participar en un torneo de
adultos. Cuando perdáis no lloréis. En este combate has tenido suerte
que la señorita Kenzo estaba de baja forma. Como se puede comparar una
baja y gorda como tú con una señorita refinada y delgada como la
señorita Kenzo.
Fue lo último que aguantó Ranma, esa arpia no seguiría insultando a su prometida.
-¿No
será que esa señorita Kenzo es mala en artes marciales?- preguntó
Ranma.- no veo a nadie capaz de rivaliza con AKANE TENDO. Acuérdese de
ese nombre, grábeselo en el celebro pues será la vencedora de este
torneo. Su nombre es Tendo, Akane Tendo. No se llama ella.
Ranma
estaba furioso, tenía gana de destrozar a esa ¿periodista?. Esa mujer lo
miró, ese niñato le intentaba hundir su entrevista, no lo lograría,
sería ella quien lo atacase.
-¿Y tú quien eres? ¿Otro negado que van a eliminarlo en la primera ronda?- preguntó la mujer
-Yo soy…- empezó a decir Ranma, pero esa locutora se giró al cámara que la acompañaba.
-Aquí
tenemos a otro niño, que no sabe lo que son las artes marciales. No sé
que tipo de padres tendrán, pero no debe ser muy listos al permitir que
sus hijos participen en un torneo que les viene grande- se giró a los
dos jóvenes- estos no es un juego, no os estáis peleando en el patio de
vuestra escuela. Estos luchadores son fuertes de verdad.
Ranma la miró y negó con la cabeza. Estaba furioso de verdad.
-Sabemos
donde nos metemos. Si no nos estuviéramos capacitados no hubiéramos
venido¿ Esto el patio de nuestra escuela?. ¿Estos luchadores son fuertes
de verdad? Señora lo dudo. En el patio de vuestra escuela nos hemos
peleado con nuestros rivales cada día durante más de un año . Estos
luchadores no son tan fuertes como nuestros rivales, esto para nosotros
será… un entrenamiento. En el patio de mi escuela hemos tenido combates
de más nivel de los que se han visto aquí.
La mujer lo miró como
si estuviera loco, debía estarlo para decir semejante sarta de sandeces.
Entonces se dio cuenta que esos dos chicos estaban muy juntos,
demasiado próximos, como si fueran… y tuvo una idea. A parte ese chico
la llamó señora ¡¿Señora? ¿A ella? ¡Eso si era un insulto! ¡No era tan
mayor!.
-Me podéis decir que relación tenéis, parecéis muy unidos.
¿Qué sois? Novios, pareja,- miro y sonrió siniestra a Akane- ¡Él te
secuestró y te trajo aquí en contra de tu voluntad¡, y al final cediste a
su voluntad, ¡el típico síndrome de Estocolmo!.
Los dos jóvenes la miraron asustados, esa loca los acababa de meter en un buen problema, cuando volvieran a Nerima…
-¡No pasó eso!, ¡él no me ha secuestrado! Vine yo por que quise.
-Entonces… entonces…¡fuiste tú quien lo secuestro a él!
Los dos chicos se alarmaron más. Gracias a esa mujer, tendrían problemas gordos con seis locos… o más.
-¡Tampoco me secuestro ella!. ¡Los dos estamos aquí por voluntad propia!.
-¡Vosotros
sois a los que ha tocado compartir habitación! – dijo la periodista.
Los dos chicos se quedaron blancos, ahora si lo casaban, si no lo
mataban antes sus rivales
-Esta noche ha debido ser apasionada para los dos.
Los dos entendieron lo que quiso decir esa mujer.
-No…
no hubo nada. Los dos estábamos…muy cansados, queríamos descansar. No
teníamos ganas de nada- dijo Akane. Vio que Ranma la miraba asustado, y
se dio cuenta lo que acababa se decir. La gente pensaría que de no estar
cansados, algo hubiera pasado entre los dos. Se puso blanca.- no he
querido decir eso. Lo que quise decir fue…
-Akane-la llamó Akane-
mientras esta loca nos ha distraído han seguido los combate. No hemos
podido ver como luchan tus posibles rivales. Te toca tu segundo combate,
sube al tatami o te descalificaran.
-Si, y dejemos de pensar en tonterías.- respondió la chica. Y se dirigió al próximo combate.
-¿Piensas que tu amiga o lo que sea ganará ese combate?- preguntó la periodista.
-No lo pienso, sé que ganará.- contestó el chico.
-La
rival de tu amiguita, es Miki, conocida como la reina. Ha sido la
campeona nacional durante los últimos cinco años. Es un prodigio, una
luchadora nata. ¿Qué opinas de eso?
-¿La reina?-preguntó con
ironía- Pues hoy acaba su reinado y tendremos nueva reina- miró a la
periodista y sonrió con maldad- Su nombre…¡Akane Tendo!- dijo el joven
con mucha seguridad.- grábelo en su mente, y acuérdese de otras cosa,
Akane y yo somos menores. Nos ha hecho preguntas que podemos considerar
ofensivas para un menor- la miró- le puede caer una denuncia.
La periodista lo miró asombrada, iba a contestarle, pero iba a comenzar el combate y lo dejó para otra ocasión.
.
En
el tatami Akane esperaba a su rival. A ella la habían hecho subir
deprisa y corriendo, bajo amenaza de descalificación, en cambio su rival
tardaba mucho en subir. Cuando comprendió la estrategia, la querían
poner nerviosa, no lo conseguirían, usó técnicas de relajación y respiró
varias veces, con eso consiguió calmase, aunque sólo fue un poco.
Pasaron
varios minutos y su rival no subía al tatami. Akane quieta y relajada
no mostraba enfado, ni nerviosismo, aunque Ranma sabía que estaba
furiosa y no sólo por la espera. Y de golpe sonó una fanfarria, y todos
los focos iluminaron el camino. Entró un grupo de mujeres jóvenes
lanzando pétalos de rosa, iban vestidas con túnicas blancas. Detrás
cuatros hombres jóvenes, a pecho descubierto y con los músculos muy
desarrollados, portando una especie de litera y subida en ella una joven
de unos cinco años mayor que Akane saludando al enloquecido publico que
la vitoreaba.
El grupo se paró delante del tatami y dejaron la
litera en el suelo y de ella descendió su ocupante ataviada como una
reina, con capa y corona incluidas. Miró a Akane con desprecio, otra
novata a la que mandar a casa llorando. No entendía como siempre le
tocaban rivales tan flojas. Bueno si lo sabia, pero ese secreto no se
debía saber. Esa niña no tenía el cuerpo para practicar artes marciales.
Akane
miró a su rival, cerró los ojos y suspiró, otra loca. Esa chica también
la despreciaba. Akane miró como se movía, y descubrió sus puntos
débiles, pero también los fuertes. No debía fiarse. No era tan mala como
su anterior rival, pero tampoco era invencible.
La loca subió al tatami, sus acompañantes le quitaron la corona y la capa, y quedó en un suntuoso gi, muy caro y llamativo.
-¡Hola plebeya! Soy tu reina, arrodíllate ante mi- dijo la mujer.
Akane
la miró asombrada y una sonrisa de circunstancias apareció en su
rostro. Y miró a Ranma con cansancio, otra loca más. ¿Qué pasaba con ese
torneo?¿Sólo participaban lunáticos y trasnochados? ¿Habían abierto las
puertas de algún manicomio y los locos salieron de él y fueron a
inscribirse en ese torneo?
Ranma pensó lo mismo. Ya tenían los bastantes locos en sus vidas para añadir más.
Akane volvió a prestar interés en su rival.
-¿Arrodillarme
delante tuyo? Ni a punta de pistola. Yo no me arrodillo delante nadie.-
miró a su rival y sonrió con sorna, esa idiota pagaría el enfado que le
provocó esa periodista- hoy acabarás en el hospital. No me subestimes.
¡Hoy acaba tu reinado!, ¡volverás a la plebe!.
La reina se
enfureció, esa insolente vería como las gastaba ella. Esa chica la había
humillado delante su publico, nadie se había atrevido a hacerlo. Esa
niña pagaría cara su descaro.
-Llevo ocho años en las artes marciales, no me puedes superar.
Akane se rió.
-Eres
una novata. Tengo diecisiete años, me entreno cada día desde los tres
años, o antes.. Durante el ultimo año he tenido ataques de mis rivales
casi cada día. No soy una novata como tú. Me entreno junto al mejor
luchador de Japón- miró a Ranma que se puso rojo-No soy delicada, como
tú.
Akane estaba furiosa, y se había cansado de esa mujer, ya no
le seguiría el juego, se quedó callada ignorándola, con eso consiguió
enfurecer a su rival.
Y cuando empezó el combate "la reina" atacó.
Quería vencer a esa chiquilla en segundos, quería humillarla, por ser
más joven que ella, por pretender luchar con ella. Por tener novio, y
ella no. No tenía novio porque nadie aguantaba ese carácter tan mezquino
que tenía.
Akane vio llegar a su rival para atacarla. La joven de
pelo corto esquivó los ataques. Eso contrarió a Miki, la reina. Que
empezó a combinar ataques de pies con ataques con las manos , pero sólo
consiguió que Akane bloqueará todos sus ataques.
Miki se vio
indefensa, esa chiquilla la estaba superando, y eso que aún no la había
contraatacado. Era bastante buena, o espabilaba o sería vencida, para
vergüenza suya.
Ranma veía como Akane dejaba que su rival la
atacase, no le gustaba la estrategia de su prometida, era arriesgada,
pero no suicida. Dejase atacar hasta cansar al contario y cuando este se
confiara, atacar.
Miki veía el fin de su reinado. Hacía tiempo
que sabía que alguien llegaría y la derrotaría. Había combatido sólo con
luchadoras de nivel inferior, siempre estuvo en contra de eso, pero
eran ordenes de su representante. Siempre temiendo que llegara alguien y
la derrotada. Miró a su rival, pero hoy no sería derrotada, y menos por
esa desconocida. Seguiría siendo la reina durante unos años más. Luego
se retiraría y se dedicaría al cine. Su representante y ella lo tenían
todo planeado.
Akane se aburría, nadie tenía el nivel que sus
rivales de Nerima. Miró de reojo a Ranma que le dijo que si. Y se
preparó para hacer el ataque que le enseñó su prometido.
En el
siguiente ataque de Miki, saltó hacía atrás esquivando el golpe, se paró
y cerró los ojos. Y se concentró, hizo el vació mental, y se preparó
para hacer una nueva técnica que le enseñó Ranma.
Miki sintió
frio, de su rival emanaba frio mucho frio, se puso a temblar, y
retrocedió. Akane avanzaba y ella retrocedía. Sintió miedo, vio a su
rival muy grande y poderosa, y entonces Akane atacó, Miki aterrada no
pudo esquivar el ataque, que fue una copia del ataque de las castañas de
Ranma, pero no por ello menos letal. La hasta ese momento reina voló
fuera del tatami y cayó desmayada encima de su litera, sin bajarla de
ella el grupo de la ex reina la llevaron al hospital. El público calló
de asombro, esa chica había ganado con demasiada facilidad a la campeona
nacional, no debía de ser tan mala, aunque le quedaban muchos combates
hasta la semifinal, todos aún pensaban que caería pronto.
Akane
bajó del tatami, no se sentía especial. En el futuro sería maestra en su
dojo. No era especial, sólo era una chica más. Se acercó a Ranma que la
miraba sonriente.
-Has ganado, me siento orgulloso de ti- Akane
se puso roja, no era habitual que Ranma la piropearse, el chico no debió
darse cuenta de lo que dijo. Sonrió, era bueno que el chico se abriese
un poco y dijera lo que pensaba. Sabía que él era muy tímido y le
costaba hablar de ciertos temas- no dude ni un segundo de ti.
-No me halagues de esa forma, que me volveré una creída prepotente como tú.
-¿Qué
hay de malo ser como yo?- preguntó él con una sonrisa de confianza en
los labios, le guiñó el ojo- soy el mejor chico que conoces, debes
reconocerlo. Y tú eres la mejor chica que conoces, también debes
reconocerlo.
Los dos se rieron, esa prepotencia del chico era una
mascara en la que se escondía él. Ranma había creado un personaje en el
que se escondía para ocultar sus debilidades. Pero a veces el verdadero e
inseguro Ranma salía, sobretodo cuando ella se encontraba en peligro o
tenía problemas.
-A sin que soy la mejor chica que conozco, pero
no me has dicho quien es la mejor chica que tú conoces- preguntó ella
con picardía y sin enfado- ¿Quién es ella? ¿Shampoo? ¿Ukyo?- el chico
negó con la cabeza, Akane se asustó-¿No me dirás que Kodachi?- Ranma
negó- ¿ Mis hermanas, alguna compañera nuestra? ¿De otra clase o curso?-
otra negación del joven, Akane se asustó. ¿Acaso Ranma conocía a otras
chicas? Estaba segura que no. La novia de Ryoga no contaba, Ranma no era
de aquellos que se meten en medio de una relación, no era como Ryoga.
Ranma sonrió.
-La
mejor mujer que conozco es mi madre- dijo ante el asombró de Akane- es
una mujer especial. Debe serlo, ¡para casarse con mi padre!
Los dos chicos se rieron, pero fueron interrumpidos.
-Reír
ahora que podéis, no pasareis de la siguiente eliminatoria, como mucho
la otra. Pero no llegarás muy lejos. Has tenido suerte, no te durará
mucho- le dijo la pesada de la periodista. Esa niña había vencido a
Miki, su ídolo, se lo haría pagar.- Miki te volverá a desafiar y te
vencerá. No te volverás a reír de la reina. -y añadió con maldad y
rencor- Pronto aprenderéis lo que son realmente las artes marciales.
Unos niñatos como vosotros no deben enfrentarse a auténticos maestros de
artes marciales.
-Lo dudo- dijo Ranma confiado- esa "reina" sabe
que su reinado ha acabado, que fue vencida con justicia, que no ganará
jamás a Akane- miró a su prometida y exclamó- ¡LA REINA HA MUERTO! ¡VIVA
LA EMPERATRIZ! -el chico miró a la periodista- llevamos más tiempo en
esto de las artes marciales que tú como periodista. No nos infravalores,
nuestro primer recuerdo, es practicando artes marciales. Somos los
mejores en esto de Nerima, nos hemos enfrentado a los mejores del mundo.
Comparados con ellos, estos son unos principiantes. Aléjate de
nosotros, no te concederemos una entrevista. Estás molestando.
Y
los dos prometidos se giraron y miraron los siguientes combates,
hablaban entre ellos ignorando a la periodista, que seguía
preguntándoles sin obtener ninguna repuesta.
.
Los combates
se fueron sucediendo y Akane vencía a sus rivales con facilidad, con
demasiado facilidad. A cada combate ganado los comentarios en contra de
esa chiquilla se fueron acallando. Estaba demostrando que era una buena
luchadora, a pesar de su juventud. A cada momento se ganaba más y más
admiradores. Ya muchos pensaban que llegaría a la final de su grupo,
incluso algunos que llegaría a la final de ese campeonato.
Los dos
jóvenes estaban ajenos a todo. No les importaba la fama, no querían ser
famosos por sus logros deportivos. Únicamente se querían demostrar, a
ellos mismos, que eran validos para hacer lo que quisieran, que podían
enfrentarse a cualquier reto. Habían ido a ese torneo en contra de la
voluntad de todos, ni siquiera Kasumi o Nodoka estaban de todo de
acuerdo que fuesen, era momento de enseñar a todos que no necesitaban a
nadie para decidir por ellos mismos. Que nadie los podía parar.
Importaba poco llegar a la final o no, lo importante para ellos, era
seguir su propio camino.
Y Akane se empezó a perfilar como unas de
las candidatas a llegar a la final del grupo A. Ranma asistía a los
combates contento, su prometida no tenía rival, las dos semanas de
entrenamiento habían despertado a la gran luchadora que había dentro de
ella. Veía a la joven pletórica, fuerte y capaz de hacer frente a quien
fuera, era la Akane que quería ver desde el primer ataque de sus rivales
de Nerima. Llegaría a la final de ese torneo, lo sabia desde el
principio.
.
Había un descanso entre dos combates. Los
jueces necesitaban comer algo, y los participantes también. Los dos
prometidos estaban tomando algo. Ranma comía como si no hubiera un
mañana, y Akane tuvo que llamarle la atención.
-No por ser barra libre debes comerte todo lo que hay en el restaurante.
-Hace horas que comimos, tú como estás de combate en combate no te has dado cuenta- se defendió el joven.
Akane lo miró, él tenía razón. No habían comido desde la noche anterior, decidió comer un poco. Estaba realmente hambrienta.
Los
dos chicos estaban hablando, estaban planeando una escapada. Irse de
camping a descansar. No recordaban cual de los dos tuvo esa idea, pero
los dos estuvieron de acuerdo. Los dos estaban muy animados. Querían
desaparecer del mapa varios días y olvidarse de todo y de todos.
Aprovechaban ese descanso para planear lo que harían después de ese
torneo. No iban a pedir permiso para irse de camping o tener una cita.
Lo dirían a la familia y no les dejarían opinar. A las otras prometidas o
rivales de Ranma o Akane… bueno, esos no tenían ningún derecho a opinar
ni decidir nada.
Estaban tan metidos en su mundo que no vieron
llegar a la mesa donde se sentaban los dos chicos a dos personas. Esas
dos personas se quedaron quietas mirando a los dos prometidos.
-¡Vaya! ¡Pero si es la pequeña Akane Tendo. Como te pareces a tu madre. Eres idéntica a esa odiosa rata que me robó mi Soun.