El antiguo edificio de la biblioteca de Havenbrook se alzaba como un espectro olvidado en el extremo del pueblo. Su fachada, una vez majestuosa, estaba cubierta de hiedra y moho, y las ventanas rotas daban una sensación de abandono y desolación. A pesar de su deterioro, la biblioteca conservaba una atmósfera imponente que hacía eco de los secretos y conocimientos guardados en su interior.
Alex, Jamie, Lily y Tom se detuvieron frente a la entrada, observando el edificio con una mezcla de temor y determinación. Alex tomó una profunda respiración y avanzó, empujando la pesada puerta de madera que cedió con un crujido siniestro.
—Aquí vamos —dijo, encendiendo su linterna.
El interior de la biblioteca estaba envuelto en sombras, y el aire era denso y polvoriento. Los estantes de libros se erguían como guardianes silenciosos, llenos de volúmenes cubiertos de telarañas y polvo. Un silencio sepulcral dominaba el lugar, roto solo por el crujido ocasional de la madera bajo sus pies.
—¿Dónde empezamos a buscar? —preguntó Tom, mirando a su alrededor.
—La señora Whitmore dijo que el diario de Thomas Grayson debería estar en algún lugar aquí —respondió Alex—. Supongo que deberíamos empezar por la sección de historia local.
Avanzaron con cautela entre los estantes, iluminando con sus linternas los lomos de los libros. Cada tanto, el viento que se colaba por las ventanas rotas producía un silbido que hacía que sus corazones latieran más rápido. La biblioteca, a pesar de estar desierta, parecía cobrar vida con cada paso que daban.
Después de varios minutos de búsqueda infructuosa, Lily se detuvo frente a una estantería particularmente antigua. Los libros aquí eran más viejos y parecía que no habían sido tocados en décadas. Comenzó a revisar los títulos, buscando algo que mencionara a Thomas Grayson.
—¡Aquí hay algo! —exclamó, sacando un libro grueso y polvoriento.
El título, "Historias y Leyendas de Havenbrook", estaba grabado en letras doradas. Lily abrió el libro con cuidado y comenzó a pasar las páginas amarillentas, deteniéndose en un capítulo titulado "La Sombra del Abismo".
—Este debe ser —dijo, señalando una sección del texto—. Habla sobre el ritual que mencionó la señora Whitmore.
Mientras leían, la linterna de Alex comenzó a parpadear. Él la golpeó ligeramente, intentando que volviera a funcionar, pero finalmente se apagó por completo.
—¡Maldición! —exclamó Alex—. Mi linterna se ha muerto.
Antes de que pudieran reaccionar, un susurro familiar resonó en la biblioteca. Los amigos se quedaron inmóviles, sintiendo que el aire se volvía más frío. El susurro se convirtió en un murmullo creciente, como si decenas de voces hablaran al unísono desde las sombras.
—¡Apaga la luz! —susurró Lily, apagando su propia linterna.
El grupo se quedó en la oscuridad total, intentando calmar sus respiraciones y escuchar. Los murmullos parecían moverse alrededor de ellos, cercándolos. Jamie agarró la mano de Alex, su miedo palpable.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Jamie en voz baja.
—Tenemos que encontrar ese diario —dijo Alex, tratando de sonar valiente—. Debemos seguir buscando.
Guiándose por el tenue resplandor de las estrellas que se filtraba por las ventanas rotas, continuaron explorando la sección de historia local. Finalmente, detrás de una pila de libros caídos, encontraron una caja de madera con el nombre "Thomas Grayson" grabado en la tapa.
—Aquí está —susurró Tom, levantando la tapa con cuidado.
Dentro de la caja, había un diario antiguo con la cubierta de cuero desgastada. Alex lo tomó y comenzó a pasar las páginas, buscando cualquier referencia al ritual.
De repente, un ruido fuerte resonó en la biblioteca, como si algo hubiera caído al suelo. El grupo se volvió hacia la fuente del sonido, pero no podían ver nada en la oscuridad.
—Tenemos que salir de aquí —dijo Alex—. Ahora.
Con el diario en mano, se dirigieron hacia la salida lo más rápido que pudieron. Los murmullos y susurros parecían seguirlos, como si la biblioteca misma estuviera viva y tratando de retenerlos. Finalmente, empujaron la puerta y salieron al aire libre, jadeando y con el corazón acelerado.
—Lo logramos —dijo Lily, aliviada—. Ahora, ¿qué dice el diario sobre el ritual?
Alex abrió el diario y comenzó a leer en voz alta:
—"Para sellar a la Sombra del Abismo, se requiere una ofrenda de valor puro, la luz de una estrella, y la fuerza de la unidad. Solo entonces el sello será restaurado, y el mal contenido".
—¿Una ofrenda de valor puro? ¿La luz de una estrella? —preguntó Jamie, confundido—. ¿Qué significa eso?
—No lo sé —admitió Alex—. Pero tenemos que averiguarlo. Si queremos salvar a Emily y a Havenbrook, debemos descifrar este ritual y reunir los elementos necesarios.
El grupo se miró con determinación renovada. Sabían que el camino por delante sería difícil y peligroso, pero no tenían otra opción. La Sombra del Abismo debía ser contenida, y ellos eran los únicos que podían hacerlo.
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