Cayó casi como un rayo. Antes de darse cuenta, algo había sucedido. Fue en una mañana sin pretensiones, recordó Dani. Su relación con Abel iba progresando suavemente, y él incluso empezaba a mostrarle más y más afecto, hasta el punto de que ella estaba segura de que pronto escucharía las tres palabras mágicas que esperaba oír de él. Sólo era cuestión de tiempo. De eso estaba segura...
Pero entonces, llegaron las noticias de la muerte del Rey Nikolai.
—Eso... Eso no puede ser —jadeó Dani al escuchar la noticia de Abel—. Seguramente eso no es verdad.
—Desafortunadamente, parece que la noticia es realmente cierta —suspiró Abel con pesar mientras la abrazaba—. Ya hay conversaciones sobre quién será el próximo rey y la cantidad de trabajo que se ha acumulado debido a esto ya está amontonándose.