En la superficie, Li Xiaoran era noble y elegante. A veces, era frío y otras veces, era adorable. Por otro lado, el rostro de Li Zecheng estaba siempre oscuro y parecía maduro. Cuando estaban juntos, Li Xiaoran parecía que necesitaba ser protegido.
Sin embargo, nadie esperaba que la diferencia de fuerza entre Li Xiaoran y Li Zecheng fuera tan grande. Li Zecheng no era rival para Li Xiaoran en absoluto.
—Basta, Li Zecheng. ¿Ya terminaste? Vete —la aura de Li Xiaoran era intimidante.
En ese momento, el flash de una cámara iluminó a Li Zecheng. Li Zecheng amenazó ferozmente a Li Ping:
—Si te atreves a informar lo sucedido hoy, te haré la vida imposible en la capital.
Li Xiaoran dijo:
—¿De qué sirve amenazarlos? Este asunto fue planeado por Qiao An. ¿Crees que puedes detener a Qiao An de vengarse de ti? Ahora has cometido otra maldad amenazando a los reporteros —Li Zecheng se quedó sin palabras.
Entonces, preguntó indignado a Li Xiaoran:
—Li Xiaoran, ¿de qué lado estás tú?