Las olas debajo del acantilado se estrellan ferozmente contra las rocas. Se oyó un fuerte chapoteo y todo se oscureció. El cuerpo de Anatalia se convirtió rápidamente en el de una sirena al entrar en contacto con el agua del mar. Abrió los ojos en el momento en que sintió que su cuerpo tocaba el mar.
—¡Gladiolo! —Anatalia se dio cuenta rápidamente de que el cuerpo que la protegía se había separado al impactar con el agua—. ¿Dónde estás? ¿Gladiolo?!
Anatalia llamó frenéticamente a su nombre bajo el agua. Su corazón latía tan rápido que sentía que explotaría dentro de su pecho. Nadó en las inmediaciones de donde cayeron y miró a su alrededor. Pasado menos de un minuto, vio a Gladiolo flotando bajo el agua inconsciente.
—¡Gladiolo! —Anatalia nadó a gran velocidad y llegó hasta donde estaba Gladiolo—. Rápidamente lo levantó de debajo del agua.