(Desde la Perspectiva de Azul)
—¿Has venido a pasar el rato? ¡Eso es genial! —dijo Luc cuando Ezequiel y yo fuimos a la torre mágica al día siguiente.
—Sí, y también tengo que preguntarte algo —dije.
—Primero entra y siéntate. Te ves realmente roja y cansada.
—Oh, eso es... Ezequiel me estaba enseñando esgrima.
—Bien. Pero pensar que Demetrio te dejó...
—Él es el que lo sugirió —dije.
—Realmente es diferente contigo —murmuró—. En cualquier caso, siéntate. Te traeré un vaso de agua.
—No hace falta. Ya traje agua para Su Alteza —dijo Ezequiel. Era cierto que ya había traído agua para mí. Estaba casi muriendo durante el entrenamiento, así que volvió a buscar agua.
Me senté en el sofá. Sentía como si todo mi cuerpo se estuviera derritiendo. Era agradable sentarse después del entrenamiento de esgrima.
«Mi trasero se siente perfectamente descansado...», pensé.