—Jas… —gimió Cheryl.
—Mm-hmm, me encanta cuando me llamas así, querida —susurró Jason igualmente excitado.
Complementó las acciones de su lengua con sus labios, dejando besos ligeros como plumas por todo su cuello.
Un suave sonido escapó de la boca de Cherry de nuevo mientras se tragaba fuertemente. Sus labios siguieron el pequeño movimiento que sentía de su garganta mientras tragaba. Nunca pensó que el cuello de una mujer podría ser tan seductor en el pasado.
Profundizó el beso en su garganta, dándole un pequeño mordisco.
Eso parecía devolver a Cheryl a la tierra de su estado delirante.
Ella lo empujó a un lado con timidez y rápidamente escapó de la oficina hacia refugios seguros.
Su fuga fue seguida por una profunda risa de Jason que encontró sus acciones demasiado lindas.
—No te preocupes, no pasará mucho tiempo antes de que te ayude a descartar toda esa timidez.