Después de esa bota rompe cristal, su predecesor emergió con chispas y el tintineo de pequeñas campanas. ¡Ese zapato fue en realidad forjado con metal puro!
—Espero que no lleguemos tarde, Kaoyi. Sospecho que este distrito ya ha sido limpiado por otros. —Un grueso acento nasal rompió el silencio.
El que hablaba era el dueño del par de botas. Estaba vestido con una armadura de infantería pesada de la época medieval. Su armadura brillaba con un brillo surrealista, y la armadura era anormalmente ancha en la zona de los hombros. Su cuello también estaba completamente cubierto por la armadura. En su mano izquierda, empuñaba un incomparable y brillante sable largo con una sola mano. Parecía como si la espada cobrara vida en su mano, brillando con pulsos de un brillo escalofriante.
—Aún no es tarde, Joseph.
Detrás de la pesada armadura de Joseph, apareció un individuo delgado y ágil.