El avión zumbaba con el suave ronroneo de los motores mientras rodaba por la pista. Ella, sentada junto a la ventana, sentía la energía nerviosa enroscarse dentro de ella, sus dedos entrelazados en un intento silencioso por calmar su creciente aprensión. A medida que el avión aceleraba, sus nudillos se blanqueaban, su agarre se tensaba alrededor de los brazos de su asiento.
Era su primera vez volando.
Sus respiraciones se volvían superficiales y rápidas, al ritmo de su corazón palpitante. En el momento en que el avión despegó, una oleada de pánico la barrió. Su estómago se revolvió, sintiendo como si se desplomara en un vacío infinito mientras las ruedas dejaban el suelo.