Anastasia y Brad finalmente salieron del hospital después de unas horas. Eran las nueve y media de la noche.
—Tengo hambre. ¿Y tú? —Brad la miró, sus labios se curvaron ligeramente.
Anastasia finalmente sonrió después de un largo período de tensión. —Yo también estoy famélica. Vamos a algún lugar a cenar. Yo invito.
—¿Eh? ¿Piensas que te dejaré pagar? —Arqueó sus cejas.
—No intentes jugar la "carta del hombre" conmigo. Ven... —Ella tomó su mano y caminó hasta el estacionamiento.
Justo cuando subieron al coche, vieron a Eddie apresurarse a entrar.
La mirada dudosa de Anastasia se quedó en la figura que se alejaba de Eddie. —No confío en ese tipo —dijo, su voz baja.
Brad levantó una ceja. —¿Qué quieres decir? ¿Sospechas de Eddie? ¿Por qué?
Anastasia sacudió la cabeza. —No lo sé. Hay algo raro en él. Y luego está la carta que recibió Abigail.