Nicolás echó un vistazo inmediato a su alrededor y trató de recordar qué parte del diseño del castillo solía tener sus pasadizos secretos. —Si yo fuera a esconder el pasadizo, entonces...
Se acercó a la pared detrás de la cama y se agachó. Nicolás tocó un ladrillo suelto y lo giró. Escuchó el sonido de las piedras moviéndose y giró la cabeza en busca de una puerta.
Una ráfaga de viento de repente llamó su atención hacia una de las cortinas. La apartó y vio la apertura oscura. Finalmente entró. Le recordó a Nicolás el tiempo cuando estaba en el castillo de su tío Joseph.
No tardó mucho para que el rey encontrase a su madre cuando vio otra salida. Salió a la luz y encontró a la Reina-madre encorvada sobre varios libros. Había varias altas estanterías a su alrededor.
Nicolás se dio cuenta de que estaban en una parte de la biblioteca real en la que nunca había estado antes.