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Leland volvió para ver a Sophie y a los niños. Habló con los sanadores y le dijeron que no era prudente mover al niño herido a un lugar lejano en su condición. Debido a eso, Leland se vio obligado a quedarse en la mansión.
Inmediatamente mandó a sus hombres a enterrar a los muertos y a arreglar la mansión tanto como fuera posible. También envió a algunas personas a infiltrarse en la capital y la villa real para encontrar información sobre el rey y los cazadores reales de licántropos.
Necesitaban estar alerta en caso de que su presencia se descubriese y el ejército real los estuviera cazando.
—¿Qué pasó mientras estábamos fuera? —Sophie miró a Leland con una mirada aguda cuando su esposo entró en la habitación. Había dejado de derramar lágrimas por Jan simplemente porque había llorado tanto que ahora sus lágrimas se habían secado. —¿Vino Nicolás aquí? ¿Él causó esta destrucción?