—Alfa, tengo unas noticias urgentes para ti —El Anciano visitó a Leland en su estudio y pronto se encontró con el Alfa, aún ocupado estrategizando sus próximos pasos para atacar a la familia real.
Leland gruñó y miró al licántropo mayor —Las noticias mejor que sean urgentes, o de lo contrario me has interrumpido de asuntos realmente importantes.
—Es sobre tu madre —dijo el Anciano.
El Alfa se paralizó incierto al mencionar a Isolde Salazar, pero luego entrecerró los ojos hacia el Anciano —Habla e infórmame brevemente sobre lo que ella quiere. Estoy seguro de que has estado informándole todo lo que he estado haciendo, ¿verdad?
—S-Sí, Alfa —el Anciano parpadeó y se dio cuenta de que el Alfa tenía ojos y oídos en todas partes —Incluso cuando el Anciano intentó hablar con Isolde en privado, todavía llegaba a los oídos de Leland.
Leland miró al Anciano con expresión vacía.