El Emperador de Gran Xia, el Soberano Hao y el resto de los nueve Inmortales Verdaderos deYang Puro miraban fijamente el Diagrama colosal y distante que colgaba en los cielos. Se quedaron mirando a ese joven gordo de aspecto descuidado. Sin lugar a dudas, esa técnica, la habilidad divina de la Gran Tortuga Negra, no era algo que pudiera anotarse en un libro. Tenía que ser transmitida a través de métodos muy especiales, ¡y tenía que ser el mismo Gran Emperador Xuanwu quien hiciera la transmisión!
—Alguien que fue aprobado por el Gran Emperador Xuanwu no puede ser una persona ordinaria —dijo el Anciano Inmortal de las Tierras del Norte entre risas—. Xiamang, ¿quién es ese joven? ¿De dónde es?
Los otros miraron también hacia el Emperador de Gran Xia.
El Emperador de Gran Xia conocía los detalles de cada uno de los más de cien mil asistentes del Cónclave. Sin tratar de ocultar nada, dijo: