Ellie
River estaba de pie a los pies de su cama, pero Ellie no podía concentrarse lo suficiente como para escuchar lo que decía. Ella quería hacerlo. Después de todo, había mantenido una conversación con su padre, pero cuando él abrió la boca para hablar, sintió que una oleada de cansancio se apoderaba de ella y sus ojos volvieron a cerrarse.
Algún tiempo después, empezó a tomar conciencia de nuevo, intentando poner todo en orden, pero le costaba recordarlo todo. Algo iba muy mal. Ellie lo supo incluso antes de despertarse del todo. Mientras volvía a la conciencia, se dio cuenta de que su cuerpo le dolía mucho. La espalda la mataba, la cabeza le latía con fuerza y el estómago se le revolvía. Los pensamientos de lo que había sucedido la invadieron, casi haciéndola saltar sobre la cama en la que estaba acostada, pero no pudo hacerlo porque le dolía mucho la espalda, así que se quedó ahí, mirando al techo, rezando por estar a salvo ahora, aunque no supiera dónde estaba.